- Text Size +

Esto era sorpresivo, pero igual es algo que ya estábamos esperando desde ayer. Por lo pronto me limité a escuchar lo que Eve nos tenía que decir.

 

- ¿Y quién era Rena? –Preguntó Marcy.

- ¿Quién es Rem? –Preguntó Roxy esbozando una sonrisa, aunque no sé qué quiso decir.

- Graciosa… Rena es mi amiga, la conocí en el verano mientras trabajábamos como cajeras. –Respondió Eve.

- Entonces, ¿ella sabe qué hacer con Adam? –Preguntó Joan.

- Parece que sí, les explico. Cuando estábamos trabajando juntas hablábamos mucho de la Diosa Rachel, el libro, todo eso. Ella sabía mucho, y de magia también, incluso sospecho que es bruja. Por eso también le pedí ayuda, hoy la llamé y al fin me contestó, le conté sobre ti Adam y de todo lo ocurrido, me dijo que no tenía mucho tiempo y que fuera mejor que nos encontráramos en la plaza principal a las 9 de la noche para hablar de cómo arreglar esto...

- ¿Y eso vamos a hacer, Eve? –Pregunté.

- Pues claro. –Respondió.

- Espera, jovencita. Tú no vas a ir a ninguna parte… Sin mí. –Dijo Joan.

- ¿Cómo?

- Lo que escuchaste, no voy a dejar que ninguna de mis hijas salga de noche al centro del pueblo, menos con una chica que dices que es bruja y que yo no conozco de nada.

- Mamá…

- Perdón Eve, pero creo que tiene razón… –Dije.

- ¿Qué, y ahora estás de su lado Adam?

- No es eso, sólo creo que lo que dice tiene sentido… Aparte nos puede llevar y traer, ¿verdad señora Turner?

- Por supuesto, ¿cómo pensabas hacerlo tú, querida? Y llámame Joan, Adam.

- Cierto, disculpe.

 

Eve lo pensó un poco, pero finalmente estaba lista para ceder.

 

- Bien, creo que es cierto, pues ni modo, vámonos Adam. –Dijo Eve mientras me extendía su mano para que yo me subiera.

- ¿Y nosotras qué? –Preguntó Lisa.

- Como siempre, Abby está a cargo mientras yo no estoy. –Respondió Joan.

 

Escuché un gemido de parte de las gemelas y una risita de parte de Marcy, mientras que Eve y yo regresábamos a su habitación, ella me dejó en su mesita de noche y se acostó sobre su cama, notoriamente angustiada.

 

- Oye, ¿qué tienes Eve?

- Nada… Bueno si, es por Rena.

- ¿Qué hay con ella?

- Es que sabe tanto de magia, de Rachel… ¡De todo! Me da miedo que si sea una bruja y no me lo haya dicho. Quiero decir, es mi amiga, aunque la conozca desde hace poco… Y si es bruja me lo estaba ocultando…

- De modo que no quieres sentir que te mintió.

- Ajá.

 

Eso me puso a pensar, podía entender lo que sentía Eve, pero también puedo entender por qué una bruja oculta su magia, la misma Joan lo ha hecho durante años sólo por amor a sus hijas. ¿La verdad o la mentira son válidas o incorrectas? ¿Las 2 no importan mientras sean por una causa justa? Era un tema que no estaba preparado para analizar, pero si sabía que las mentiras pueden causar dolor, así que le dije a Eve lo que salió de mi corazón.

 

- Eve… Si Rena es tu amiga y te ocultó ser una bruja, en caso de que lo sea, seguro fue por una buena razón, y si no la tenía, no sé si era tu Amiga.

- Adam… Tienes razón, mejor no pienso en eso ahora, tengo mucha tarea. Cruzaré esa brecha cuando llegue a ella… Gracias. –Dijo Eve dándome otro de sus enormes besos que cubrían mi cuerpo entero.

 

Por mi parte me alegraba ayudar a Eve en lo que pueda, a todas las Turner en general, puede que sea pequeño, y que eso me haga sentir algo impotente, pero ayuda mucho saber que alegras la vida de los que te rodean con esos pequeños detalles… Lo que me recordaba que quería hacer algo.

 

- Eve…

- Dime Adam.

- ¿Viste a Holly en la escuela hoy?

- ¿A Holly? Pues sí, esta mañana en cuanto me vio no dudó en preguntarme como estabas, le dije que bien y que por casualidad toda mi familia se enteró, pero que te cuidaríamos bien.

- Crees que yo… Bueno…

- ¿Quieres hablar con ella?

- ¿Podría?

- Claro que sí, un segundo.

 

En eso Eve sacó su celular y llamó a Holly, la cual demoró un poco en responder.

 

- ¿Holly? Hola, soy Eve, quería hablarte de nuestra “pequeña tarea”, ¿tienes tiempo?... Ah bueno… Ok, te lo paso. –Eve me puso su teléfono cerca de mi cuerpo, apuntando al altavoz para que pudiera hablar claramente.

- ¿Hola Holly?

- A… Por dios, ¿eres tú? Ya quería que me llamaras. –Dijo Holly a través del teléfono.

- ¿Estás ocupada o…?

- No, descuida, acabo de entrar en mi habitación, Mamá y Hilary no deberían oírnos ahora, ¿cómo estás?

- Estoy bien, Eve me contó que la viste hoy, me estás cuidando muy bien, no te preocupes.

- Me alegro… -Noté que su voz estaba algo alterada, así que fui franco.

- Dime como estás tú, me preocupas, ¿cómo está todo en casa?

- Bueno, las 2 enloquecieron cuando no te encontraron, por mis prácticas en la escuela llegué más tarde a la casa y ya estaban gritando, Hilary estaba muy alterada, y mamá empezó a llamar a la policía para reportarte como persona desaparecida, pero al parecer la policía no hará nada hasta que lleves 24 horas sin aparecer. Yo pensé que no lo haría por miedo a que tú las delataras por sus maltratos, pero me dijo que estabas tan asustado siempre que no se te pasaría por la cabeza, algo normal en víctimas de abuso. Ya me lo sé de memoria, me aburrió de tanto hablar.

- Bueno… La verdad nunca pensé en hacer eso, es cierto… ¿Y tú cómo estás?

- Por suerte no sospechan de mí, me llenaron de preguntas pero no creen que yo haya tenido algo que ver, mis actividades escolares son mi coartada y al parecer si piensan que saliste muy temprano, como le dije a mamá ayer.

- Que alivio… Trata de mantener un perfil bajo, y descuida que estaré bien, te llamaré de ves en cuando.

- Gracias… Aunque mejor yo te llamo, por si acaso, a menos que las cosas se compliquen claro.

- Todo estará bien… Te quiero conejita.

- Y yo a ti, hermanito.

 

Holly colgó la llamada, y yo aliviado de que mi hermanita estuviera bien, pasé a ver a Eve, que tenía una mirada pícara sobre mí.

 

- ¿…Conejita?

- No preguntes.

 

Luego un par de risas inocentes, Eve se fue a hacer tarea al escritorio y me dejó viendo mi serie favorita en su celular mientras tanto. Las horas pasaron y ya eran casi las 8:30, por lo que Eve se cambió de ropa antes de salir, consciente de que yo estaba allí. Antes de que pudiera deleitarme nuevamente como ayer, alguien tocó a la puerta.

 

- ¿Puedo pasar hija? –Resonó la voz de Joan a través de la puerta.

- Ehh… Sí mamá, pasa. –Dijo Eve mientras se volvía a abotonar el uniforme antes de que su mamá viera algo.

- ¿Puedo llevarme a Adam un minuto? Quiero hablar con él un poco antes de salir.

- Em… Está bien. –Dijo Eve mientras me recogía y me pasaba a su madre, ambas se despidieron y Joan subió a su habitación para hablar conmigo, sentándose en su cama mientras me sostenía sobre su palma.

- ¿Qué quería decirme, Joan?

- Es sobre Marcy, dime si pasó algo entre ustedes.

- Se lo juro, no pasó nada de eso, ella sólo me metió en su boca, se sentó en mi por accidente y jugo conmigo usando sus pies.

- ¿Y eso te parece menos?

- Con todo respeto, creo que he pasado por cosas peores desde que me encogí, y ninguna fue idea mía.

- Puede que tengas razón, pero entenderás que es mi hija, mi niña pequeña.

- Y quiere protegerla… Algo que si pasó fue que hablé un poco con ella… Se siente triste, cree que en casa no la valoran.

- ¡¿Cómo?! Ella nunca me dijo nada de eso.

- Y no creo que lo haga, es una niña… No le dije nada de lo que prometí no decir, pero ella estaba angustiada, pensó que no confiaban en ella, pero le dije que sí que lo hacían, que la conocían bien y que por eso me ocultaron de ella, para protegerla y protegerme. –Dije, mientras Joan se quedó en silencio por un momento antes de responder

- ¿Se lo dijiste así?

- Más o menos, me tuve que poner a su altura para hablarle y que entendiera… Bueno, a su “altura”…

- Jajaja, ok Adam, entiendo, puede que tengas razón, ya luego hablaré con ella…

 

Joan soltó un ligero suspiro y volvió a guardar silencio por un momento, noté que sus ojos brillaban mucho, por lo que era obvio que no se encontraba del todo bien.

 

- ¿Le pasa algo?

- ¿A mí?... Bueno, es por lo que me dijiste hace rato, cuando no le borré la memoria a Marcy… Nunca lo había visto así, se sintió…

- ¿Mal?

- Exacto… Siempre pensé que ocultar la verdad era lo mejor, pero ya no estoy segura…

- Disculpe señora Joan, yo no tengo el derecho de decirle como criar a sus hijas… Pero si sé que los secretos pueden sin querer dañar a la gente, mientras más lo mantenga, mayor será la herida.

- ¿Eso lo viste en alguna película o algo?

- Serie… Pero lo aprendí a lo largo de mi vida, y también lo vi en Eve… Espero que haga lo mejor por ella, es muy importante para mí.

- Gracias Adam… En serio eres un buen chico.

 

Joan me abrazó con sus manos muy delicadamente, al parecer también entendió lo que quise decirle. He visto durante años cómo mi hermana guarda en secreto su relación conmigo, Hilary y mi madre piensan que es tan abusiva como ellas y mantener esa fachada siempre le ha generado dolor, y todos estos sentimientos quise transmitírselos a Joan, para que viera todo desde otra perspectiva...

 

Era raro, pero desde que me encogí y pasé a conocer más a Eve y a las Turner me he sentido diferente, mucha de mi tristeza general ya no estaba, era como vivir una de esas geniales historias que Eve me contaba, y de ser una parte importante de ellas, ¿acaso así se sentía el tener una familia? Sé que las Turner no son mi familia, pero (a excepción de Holly) cuando estaba con ellas me sentía mejor que nunca, y era genial el poder ayudarlas para que sus vidas fueran mejores.

 

Pasó un rato y por fin Eve estaba lista, así que los 3 nos despedimos de Abby, Marcy, Lisa y Dead y partimos en el auto hasta el parque. Eve me sostenía en sus manos de una manera firme pero delicada, tratando de cuidad de mí hasta en el más mínimo detalle, y se sentía muy bien. No tardamos mucho en llegar, Joan se estacionó al otro lado de la calle, y Eve logró ver a Rena sentada en una de las bancas del parque. Entonces cerró sus manos para ocultarme y ambas salieron para encontrarse con ella.

 

- Hola Rena. –Dijo Eve.

- ¿Entonces tu eres Rena? –Pregunto Joan.

- Sí, mucho gusto señora Turner. –Escuché la voz de Rena por primera vez, era como la de una niña de la edad de Holly más o menos, pero algo más grabe y con un tono general más serio.

- Entonces, tú puedes ayudarnos con nuestro… Ya sabes. –Dijo Joan.

- Eso creo, Eve me contó lo que pasó pero aun no tengo el panorama completo, ¿el chico está con ustedes? –Preguntó Rena.

- Sí, como me pediste. –Dijo Eve, moviendo un poco sus manos con tanta delicadeza como antes.

- Ok… Parece que no hay nadie, pero por si acaso vengan conmigo.

 

Nuevamente sentí pasos, pero no duraron mucho, deteniéndose poco después de haber empezado.

 

- Muéstramelo, Eve.

 

Acto seguido Eve abrió sus manos dejándome expuesto. Nos encontrábamos en un pequeño callejón cerca del parque, poco iluminado pero lo suficiente como pare ver a la chica frente a mí, Rena Ramos. La descripción que Eve me dio el lunes era muy exacta, en efecto se trataba de una chica de tez morena, su piel era como un bronceado leve y noté por momentos un brillo que se desprendía de sus lindos ojos, incluso más rojos que los de Joan. Su cabello negro azabache algo alborotado y liso le llegaba hasta los hombros y tenía un flequillo que le cubría casi toda la frente de forma inconsciente, y para verme mejor se lo movió a un lado. A pesar de que Eve me dijo que tenía 15 años, no tenía… Ya saben… Atributos desarrollados, por así decirlo, y vestía un vestido blanco con falda algo pequeño y unas botas café, todo coronado por una gema púrpura colgando de su cuello. Luego de unos segundos mirándome, la giganta relativa finalmente volvió a hablar, esta vez dirigiéndose directamente a mí.

 

- Hola Adam, Eve ya debe haberte dicho cosas de mí, pero de todas formas me presento, me llamo Rena Ramos, es un gusto conocerte.

- El gusto es mío, señorita. –Dije algo apenado, era bastante amable, en contraste a la actitud fría que noté en su voz hace rato.

- Ya se sobre tu problema, ¿ayer simplemente despertaste así, cierto?

- Así es, y fue muy raro, al dormirme estaba todo bien, pero en la mañana desperté así.

- Curioso, también Eve me contó de 2 sueños que tuviste, pero no pudo detallar mucho ¿puedes decirme de que se trataban?

- Emmm… Bueno…

- ¿Qué pasa?

- No quería hablar mucho de eso, ¿ayudará en algo a mi problema si lo digo?

- Si es lo que creo que es sí, ayudaría mucho.

 

Ok… Pues aquí voy… El primer sueño lo tuve luego de que Abby, la hermana de Ivy, me pisara. Pensé que moriría pero de pronto vi a la Diosa Rachel, ella me salvó y me dijo que esperaba no tener que decirme por qué. El segundo fue durante la noche, estaba en el mismo lugar del primer sueño, pero la Diosa Rachel ya no estaba, en su lugar vi a una mujer con una túnica que me paralizó y una bruma oscura cubrió todo mi cuerpo, me alejó de ella y desperté.

 

- Cielos… ¿Cómo era la mujer? ¿Te dijo algo?

- Aun lo recuerdo, tenía el cabello rapado a los lados, y arriba era largo y alborotado, pintado mitad y mitad de blanco y violeta, y vestía una túnica negra con bordes violetas… Aún recuerdo lo que me dijo: “Soy la vida y la muerte… El Inicio y el Fin… El Amor y el Odio… Y pronto vendrás conmigo”.

 

Vi a Rena si por su expresión estaba muy impactada, procesó un poco mis palabras y les preguntó algo a Eve y Joan.

 

- ¿Ustedes sabían de esto?

- No, Adam no me dio muchos detalles, apenas ahora supe de que fue esa pesadilla. –Respondió Eve, mientras su madre se quedaba callada, aunque sólo yo sabía por qué, pero para no levantar sospechas habló.

- ¿Qué tienen de especial sus sueños?

- Se los diré, pero necesito saber que puedo confiar en ustedes.

- Sabes que puedes confiar en mí, Rena. –Dijo Eve.

- En mí también, sólo quiero ayudar a Adam, lo prometo. –Dijo Joan, Rena se limitó a verla de reojo, pero al igual que yo no demoró en saber que hablaba con honestidad, sólo quería ayudarme.

- De acuerdo… Esto que les diré es súper secreto, nadie debe saberlo, ¿entendido? –Preguntó Rena, ambas chichas Turner asintieron con la cabeza, y yo también. –Perfecto… Para empezar el primero no fue un sueño, nadie “sueña” con la Diosa Rachel, si ella aparecer significa que era ella, lo sé porque a mí también me pasó, hace mucho tiempo… Se llama “Toque Divino”, eso le otorgó a Adam una ligera protección, pero también es una forma que tienen esas personas para comunicarse entre ellas… La persona del segundo sueño se llama Elena Roth, era estudiante de magia en la academia de Goddesswork hace años, pero desertó para unirse a las hijas de Axis.

- ¿Las Hijas de Axis? ¿Las de la gran guerra santa? –Preguntó Eve.

- Aguarda, perdón por sospechar pero tú nos pediste confianza, ahora yo te pido lo mismo, ¿cómo sabes tanto de todo esto?

- La confianza debe ser mutua… Es una larga historia, pero digamos que no nací hace 15 años, fue hace mucho más tiempo que eso.

- ¿Eres bruja, verdad? –Preguntó Eve directamente.

- Perdón por no decirte… Pero si lo soy. No es que no confiara en ti Eve, es que me la paso en cosas peligrosas, y no quería involucrarte.

Eve quedó en silencio por un momento, pero luego me miró y dijo esto.

- Si me lo ocultarse fue por una buena razón… No hay problema.

- Gracias, en serio gracias.

- ¿Ok, entonces qué tiene que ver todo esto con Adam?

- No estoy del todo segura. Verán, si he vivido tantos años es por un propósito, busco gente especial, no solo brujas, y todo bajo el ala de la Diosa Rachel… Soy su heraldo. Actualmente he estado investigando a las Hijas de Axis, yo misma fui testigo de su caída en la Gran Guerra Santa, pero desde hace un tiempo varios grupos alrededor del mundo han surgido con esas viejas ideas, y una de sus sedes está aquí en Rachelton. He estado recabando información al respecto para poder desmantelarla y de momento sólo sé que su líder es Elena Roth.

- ¿Ok, y que te llevó a seguir a las Hijas de Axis hasta aquí? –Preguntó Joan.

- Adam no es el único encogido que desaparece, desde hace unos meses que viene ocurriendo, uno cada mes. Cuando eso ocurre, voy a las escenas del crimen de forma invisible para revisar los rastros mágicos, y todos son de maleficios reductores y apestan a la misma persona.

- Elena Roth.

- Exacto Eve, mi objetivo ahora es encontrar su guarida, vencer a las Hijas de Axis y obligar a Roth a que le devuelva su tamaño a toda la gente encogida, y por lo visto eso te incluye Adam. Debo preguntarte, ¿viste alguna vez a Elena fuera de ese sueño?

- Pues no, es la única vez que la vi… Pero algo no me cuadra, ¿por qué querría encogerme a mí o a cualquier otra persona en particular?

- No estoy del todo segura, pero según lo que pude rescatar de los viejos rituales de la Orden de Axis, varios involucraban sacrificios humanos de sangre, sacrificaban a sus propias familias en nombre de Axis, a cambio de poderes mágicos prohibidos. Sospecho que eso quiere la Orden, pero aún no se los detalles.

- ¿Sacrificaban a sus propias familias? –Preguntó Eve.

- Pero entonces… Eso quiere decir qué…

- Pues sí, Adam, creo que alguien de tu familia es miembro de la Orden de Axis.

- Pero eso no tiene sentido, ninguna de ellas es bruja.

- Ese es el punto, estos rituales eran para darle poderes mágicos a las humanas no brujas, sospecho que tu madre es la miembro, de otra forma no me explico dónde está la conexión, ya que sea por quien sea, una de ellas dejó entrar a Elena Roth a tu casa.

- Puede ser, pero es una locura…

- Así suelen ser estas cosas, yo seguiré investigando para ayudarte, pero por ahora es todo, no puedo exponerme en público mucho más tiempo.

- Entiendo, seguir a esas sectarias es peligroso, nosotras cuidaremos a Adam, Rena.

- Sé que sí, bueno, eso sería todo lo que…

 

Rena no terminó de hablar cuando de pronto todo el callejón se oscureció de repente, reconocía aquella neblina, era la de mi sueño, y no auguraba nada bueno. De parte de las chicas escuchaba “no se muevan”, “qué ocurre”, “cuidado” pero no tenía certeza de nada, nadie la tenía. De pronto no sólo la neblina se intensificó, también sentí una especie de energía recorrer todo mi cuerpo, hasta el punto de marearme un poco. Unos segundos después la niebla se disipó y pode ver con un poco de claridad. Me encontraba en una habitación que nunca había visto, pero lo más desconcertante era que no estaba solo, y que Eve ya no era quien me tenía en sus manos…

You must login (register) to review.