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Eve salió del cuarto de limpieza y se dirigió a la cafetería. No quería que nadie me viera donde estaba, así que traté de bajar entre los pechos de Eve lo más posible para ocultarme, tanto que apenas veía algo al frente de mí, ya que el 90% de mi campo visual era el escote de mi enorme y bella amiga. Ella notó mi movimiento y, cómo no podía hablarme sin llamar la atención, sólo agachó la mirada, sonrió u me levantó el pulgar, parecía que le parecía bien que tratara de ocultarme ¿o le gustaba que me moviera entre sus tetas? Como sea prefería no pensar en eso, simplemente quedarme quieto y escondido hasta que llegara la hora de salir de la escuela. En eso Eve entró a la cafetería y vio como su hermana, al parecer Lisa, la saludaba y le indicaba donde estaba sentada ella y sus otras hermanas.

 

- ¡Oye IVY! ¡Estamos aquí!

- Ya te vi Lizzy, voy.

 

Ahí estaban 3 de las 4 hermanas de Eve, quienes de cierta manera, también eran muy bonitas como ella. He hablado poco o nada con las 3, nunca pasé de saludar y despedirme cuando estaban junto a Eve, o “IVY” cómo le decían en casa, y ahora estaría más cerca y más tiempo frente a ellas, y ni cuenta se darían.

 

Lisa, quien fue la que llamó la atención de Eve, parecía ser una chica alegre y amable, su cabello era pelirrojo anaranjado algo ondulado y con una pequeña cola de caballo desde la nuca, con unos cuantos mechones que caían delicadamente sobre sus mejillas. Vestía una blusa color guinda y una chaqueta de Jeans azul, que más que nada estaba apoyada en la silla, dejando ver sus hombros, junto con una falda blanca y, aunque no lo parezca, era la hermana gemela de la chica a su derecha.

 

Roxanne como dije era la gemela de Lisa (o Lizzy, al parecer), según Eve era mayor que Lisa por 3 minutos, pero claro, eso a mí no me consta. Eve hablaba bastante de ella, ya que siempre era un tema en casa. Hace algunos años tiñó su cabello rojo carmesí de negro azabache, dejando sólo en sus puntas un  vestigio de su color de pelo anterior. No soy un experto, pero a juzgar por su larga cabellera alisada, su bincha negra con púas, sus cadenas en la muñeca izquierda, su manga cortada en la derecha, su blusa negra y falda roja con negro con cruces, y su maquillaje pálido, diría que es gótica.

 

Por último al lado de Roxanne estaba Marceline, la menor de las hermanas Turner, con sólo 10 años y muy baja estatura (aunque para mí ahora seguiría siendo una giganta). Cuando Eve hablaba de ella se notaba especial cariño y alegría en su rostro. No sé muy bien de relaciones estables con familiares, pero puedo asimilarlo con lo que es mi relación con Holly, si la relación entre Lisa y Roxanne era así, pasaba lo mismo entre Eve y Marceline, apodada Marcy por cierto. Parecía una niña bastante alegre, llevaba una blusa blanca, una chaqueta militar y unas pantimedias negras no tan gruesas, junto con un moño negro en la cabeza que mantenía ordenado el pelo en la punta de la misma, porque fuera de eso estaba totalmente despeinada.

 

- Ya era hora de que llegaras, Ivy.

- Perdón Lizzy, me reuní con una amiga de camino para acá.

- Uy, cuenta hermana. –Dijo Marcy.

- No hay nada que contar, en serio.

- ¿Segura? –Dijo Lizzy.

- Lizzy, déjala tranquila, todos merecemos algo de privacidad. –Dijo Roxanne.

- Gracias Roxy.

- De nada, y ya te dije que no es Roxy, es Dead.

- Ya te dije que no puedo llamarte… Así.

- ¿Así como? Es lo que soy.

- Si chicas, tienen que empezar a llamarla Dead, yo siempre le digo Dead, ¿verdad Dead? –Preguntó Lizzy levantando la mano, esperando que chocara esos 5.

- Ese es mi nombre, no lo gastes. –Roxy se quedó sin responder unos segundos, pero luego suspiró y le dio los 5 a su hermana, quien celebró lo más que pudo desde su asiento.

- Sólo tú la llamas Dead, Lisa.

- Es porque respeto su identidad, y ustedes deberían empezar a hacer lo mismo.

- Ya te lo he dicho mil veces, y a ti también Rox… Dead. No es que no respete quien eres, te amo de todos modos, es sólo que no puedo acostumbrarme a llamarte así, no me sale natural.

- Ok… Dejémoslo de una vez, no quiero ser es centro de atención… Mejor sigamos molestando a Eve. –Dijo Roxy con una leve sonrisa.

- Gracias… ¿Espera, qué?

- Sí, ya dinos, por qué te demoraste.

- Bueno… Mi amiga me pidió unos consejos para su disertación de la semana que viene con la profesora Mason.

- Es cierto, estuviste hasta como las 2 de la mañana practicando en voz alta en tu habitación. –Dijo Marcy.

- Perdón, pero justo me tocó disertar hoy, y tenía que aprovechar el tiempo al teléfono.

- ¿Hablabas con alguien? –Preguntó Lizzy.

- Con una amiga que conocí en el verano, Rena, ella sabe todo lo que hay que saber de la historia de Rachel, es como si la conociera, y si alguien podía ayudarme a tener listo una disertación oral en menos de un día sobre ese tema era ella.

- Si se quedó ayudándote con una tarea hasta esa hora por teléfono debe ser genial, quiero conocerla.

- Pues espera sentada Lizzy, salió de viaje y no regresará hasta el domingo.

- Ok esperaré sentada… Pero tú me prestas la silla.

 

Las chicas se rieron mucho y siguieron su charla por un rato más. Me sentía extraño, no sólo por estar desnudo entre los senos gigantes de mi mejor amiga, eso está claro, pero también porque sentía algo que solo había visto en las películas y series, amor fraternal, cariño, calidez, siempre pensé que, aunque era abusiva, la relación entre mi familia y yo era lo normal dadas las circunstancias que vivíamos, mamá siempre me lo decía “lo que pasa en esa TV es falso, lo que hay entre estas 4 paredes es real, así debe ser”, por lo que ver a Eve hablar así con sus hermanas era como ver hablar a 4 alienígenas, era algo completamente ajeno a mí. Sé que mi relación familiar es “poco común”, pero tenía todo tan asimilado que ver un núcleo familiar tan diferente me resultaba extraño. Sonó el timbre y las 4 chicas se despidieron para ir a sus respectivas clases. Eve fue al salón de la señorita Mason, preparándose mentalmente para su disertación. Nuevamente era la última en llegar, saludó a la señorita Mason con algo de vergüenza, y se paró frente a todo el curso.

 

- Recuerde señorita Turner, tiene máximo 5 minutos para disertar, le deseo la mejor de las suertes.

- Gracias, profesora… Hola, yo soy Eve Turner, obviamente, y… Bueno, hoy voy a disertar sobre la historia de la Diosa Rachel en nuestro mundo… Mmmm, bueno…

 

Los profesores que vinieron sólo para ver la disertación de Eve empezaron a anotar en sus libretas, mi amiga se estaba poniendo nerviosa, así que sin pensarlo mucho grité: “Tu puedes Eve, tranquila, lo sabes todo, tu puedes”. Ella me vio rápidamente, respiró, y como si esas palabras de aliento fueran lo único que necesitaba, empezó a hablar sin parar.

 

- La Diosa Rachel nació en un mundo muy parecido al nuestro, y murió en una época no muy alejada a la que vivimos en la actualidad. Su nombre real era Rachel Roberts, y a sus 29 años obtuvo toda la magia de su mundo y, luego de luchar contra la malvada Rebecca, terminó muriendo junto con todo el planeta. Pero resulta que no era una muerte, era el inicio de una nueva vida, la vida de nuestro mundo. Rachel es la Diosa de nuestro mundo, a través de su libro sagrado su apóstol Gera narró todas las vivencias de su vida pasada, y plasmó todos los acontecimientos ocurridos hasta hace 700 años, para que todos lo leyéramos. Según el libro, Rachel decidió recrear el mundo tal y como era, con muy pocas diferencias, y la principal era que las brujas ya no vivirían más en las sombras. A diferencia de su mundo, donde una guerra entre brujas fue suficiente para acabar con todo, ahora las brujas y los humanos viven en comunidad, y si bien la mayoría siguen ocultas a la vista del ojo público, su presencia es palpable en nuestra sociedad, y su magia regida por leyes humanas. El conflicto entre brujas y humanos se remonta a los inicios de la civilización. La esposa del mismísimo Gilgamesh resultó ser una de ellas, y tras su muerte y sus enseñanzas Rachel apareció por primera vez, con el mensaje de que los logros de estos monarcas no debían olvidarse, ellos crearon la primera gran civilización humana, y de sus hijos dependía continuar. No apareció sino hasta más de 100 años después, el siglo 14 antes de nuestra era, cuando ayudó a Moisés sin que él lo supiera a salir de Egipto con su pueblo, él pensaba que se trataba de un Dios, no de la Diosa Rachel, por lo que rogando encontrar la tierra prometida, vagó 40 años en el desierto sin rumbo, con la mitad de su pueblo muerto. La Diosa Rachel quiso darle algo de esperanza, y con ayuda de unas rocas logró que su pueblo recuperara su fe, y fueran guiados hacia la tierra prometida, pero sin Moisés. Al llegar su pueblo vio a la Diosa Rachel, quienes le dejó claro que ella era la única Diosa en este mundo, que lamentaba no aparecer antes, pero sólo lo hacía ante casos extraordinarios, y el pueblo de Moisés que tenía buena parte de las brujas de la región calificaba como uno de ellos. Su siguiente aparición fue durante la Gran Guerra Santa, librada en toda Europa y el oeste de Asia entre el año 1340 y 1360. En ella un grupo de brujas rebeldes, las Hijas de Axis, clamaban que habían encontrado a una nueva Diosa que las ayudaría a gobernar todo el planeta, y a por fin imponerse sobre la humanidad. Hubo millones de muertes, tanto de las Hijas de Axis como del bloque opositor, la Alianza de la Tierra, la cual contaba con brujas buenas de su lado. Se dice que el ejército de las Hijas de Axis contaba con un gran grupo de criaturas mitológicas bajo su mando, incluso dragones, pero eso es algo de lo que no quedan registros claros y no se puede corroborar. Al final la guerra la ganó la Alianza de la Tierra, quienes exterminaros a todas las Hijas de Axis e iniciaron una breve alianza con las brujas, que duró varias décadas, se crearon instituciones como la Academia Mágica de Goddesswork en Inglaterra, lugar donde se dio fin a la Gran Guerra Santa. Luego de la victoria Rachel apareció por tercera vez, y felicitó a sus adeptos, ya sean brujas o humanos, prometiendo que Axis no era ninguna Diosa, y que ya gracias a sus esfuerzos había sido derrotada. Los años pasaron y las distancias entre brujas y humanos volvieron a crecer. Hubo varias brujas que empezaron a usar sus poderes para beneficio propio, dejando a pueblos enteros en miserias, sobre todo en las colonias Inglesas en América, por lo que entre 1692 y 1693 se llevaron a cabo los Juicios de Salem en dicha localidad, donde se buscaba eliminar a todas las brujas posibles. Quemaron a cientos de mujeres, de las cuales muy pocas eran brujas, y entre ellas sólo la mitad eran brujas malas. Este hecho se hizo eco en el mundo luego del cuarto arribo de Rachel a la tierra, demostrando decepción ante el hecho, y prometiendo que no volvería a aparecer si este mundo no mejoraba. La historia en este punto tuvo altibajos, hubo muchísimas guerras a lo largo de los siglos, y por lo mismo Rachel nunca se presentó, sólo lo hacía a través de testimonios de personas que juraron haberla visto en sueños, como el visionario Nikola Tesla. El último avistamiento de la Diosa Rachel se llegó a cabo luego de las guerras mundiales, más precisamente el 20 de Julio de 1969, cuando el primer humano puso un pie sobre la luna. La Diosa felicitó a la humanidad, ya que al fin habían logrado algo importante de verdad, salir de su mundo, y los alentó a continuar con la carrera espacial. A día de hoy Rachel no ha vuelto a aparecer, pero quienes creen en ella quieren llevar una buena vida, no solo por ella, sino porque es lo correcto. Las brujas no han vuelto al ojo público desde los juicios de Salem, pero varios profetizan que eventualmente van a volver, ya que nos acercamos al año 2030, el último de la era pasada. Yo solo quiero que el mundo sea cada día mejor, tanto por las enseñanzas de Rachel como por nosotros mismos.

 

Todos aplaudieron, el recibimiento era unánime.

 

- Wow, 5 minutos exactos, felicidades Eve.

- Gracias, señorita Mason.

- Quédate un poco después del final de la clase, te daremos tu nota.

 

Eve volvió a agradecer y se sentó para escuchar el resto de la clase, estaba muy animada por su trabajo y volvió a mirarme, no sé muy bien lo que dijo, pero sus labios decían algo como “gracias”, por lo que ahora yo fui el que le dio un pulgar arriba. Las horas pasaron y la clase siguió, Eve se quedó unos minutos esperando en el aula hasta que la profesora volvió a entrar para decirle a Eve que había sacado un 10, lo cual la llenó de alegría y empezó a saltar, apretándome entre sus pechos. También le preguntó por mi ausencia el día de hoy, a lo cual Eve mintió diciendo que no tenía idea. Cuando al fin salió fue al baño, me sacó de su escote y empezó a hablar conmigo, dejándome sobre el lavabo.

 

- Ahora sí, gracias por apoyarme en la disertación, me había puesto muy nerviosa.

- Descuida, tu misma lo dices siempre, para eso están los amigos.

- Pues sí, ¿te sentiste cómodo ahí abajo?

- La verdad sí, aunque me apretaste un poco cuando Mason te dio la nota, pero estoy bien.

- Ay lo siento, no me di cuenta. Ok… Oye, ahora iré a casa, Abby me vendrá a buscar a mí y a las chicas, y cuando lleguemos y estemos solos hablaremos de cómo vamos a resolver esto. Ahora lo mejor sería guardarte en mi mochila, ¿te parece bien?

- Sí… No hay problema.

- Ok, nos vemos en unos minutos.

 

Con cuidado Eve me tomó entre sus 2 delicados y enormes dedos y me metió en su mochila, en un bolsillo interno para que estuviera más firme y seguro. La verdad estaba un poco decepcionado de que no me pusiera en sus tetas otra vez, pero desde luego eso había sido algo de urgencia y no lo pensó mucho. Aun así me encantó estar entre medio de esas enormes montañas, y esperaba que esa no fuera la última vez. No sabía muy bien lo que pasaba afuera, pero por los bamboleos intuía cuando Eve caminaba, cuando estaba sentada en el auto, cuando subía las escaleras y, al final, cuando dejó su mochila sobre su cama, para abrirla y sacarme de ella, poniéndome en su mesita de noche.

 

- Y bien, ya estamos solos, ¿ahora qué? –Preguntó Eve, esperando un plan de mi parte, yo no tenía nada, pero empecé a pensar, y nuevamente caí en cuenta de toda la situación, pensé bastante, pero nunca se me pasó por la cabeza lo que pasaría a continuación…

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