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Author's Chapter Notes:

Perdón por la demora, pero ya regresé y desde ahora cada semana van a tener al menos un capítulo nuevo de esta historia hasta que termine de escribirla, gracias!

- Y por favor no me mientas, lo sabré…


- Sí… Si soy bruja hija.


Un silencio abrumador se hizo sentir muy fuerte dentro de auto, Joan estaba notablemente nerviosa por las palabras de su hija, y para mi sorpresa, Eve no parecía reflejar ninguna emoción, era como si estuviera pensando tan profundamente que hasta a ella misma le costaba asimilarlo, y luego de una revelación así es entendible que se encontrara en ese estado. Se notaba que Joan tenía helada la sangre, una sensación que fue trasferida a mi cuando me di cuenta que Eve volteó a verme directamente, sólo para decir:


- ¿Tu lo sabías, Adam?


Sus palabras eran como dagas, pero a estas alturas lo mejor que creí poder hacer era sincerarme.


- Sí… Me enteré anoche…


- ¡¡¡¿ANOCHE?!!! –Eve gritó de repente, mostrándose muy enojada, un contraste aterrador de su semblante sereno de hace un momento.


- Hija…


- ¿No mamá, cómo es posible que todo este tiempo hayas sido una bruja y me lo hayas ocultado? ¡Me mentiste!


- Eve, espera, no le hables así… –Dije.


- ¡Y tú no me hables, enano! ¿Desde anoche que sabes esto y no me lo dijiste? Ahora entiendo de donde vino ese discurso sobre ocultar la verdad, no hablabas solo de Rena ¿no?


- No… Pero no quise…


- ¡Basta Eve! Adam no tiene la culpa, fui yo quien le pidió no decirte nada, es importante que no lo supieras. –Dijo Joan tratando de defenderme, el tono de voz de ambas empieza a elevarse conforme la conversación va acalorándose más y más.


- ¿Qué? ¡Acaso no confías en mí, es eso mamá!


- No, si confío en ti, soy tu madre y te conozco bien, tanto que se te pondrías así si te lo decía.


- ¿En serio? Adivinaré, acaso hiciste lo que hizo Rena y me borraste la memoria, hemos tenido esta discusión antes.


- ¡¡¡SÍ!!!


Un par de lágrimas empezaron a derramarse de los ojos de Eve cuando dijo eso, seguramente quería seguir gritando, pero no se esperaba esa respuesta, y aunque no lo parezca, tampoco yo A diferencia de Eve, a su madre aun le quedaban cosas que decir.


- He pasado por esto muchas veces, tantas que no puedo recordar, contigo y con tus hermanas, y todo siempre termina igual, me gritan hasta que les borro la memoria y todo se resuelve.


- Señora Joan…


- ¡No me interrumpas, Adam! Tengo que hacerlo hija, si ustedes supieran que tienen magia, no se esforzarían en sus vidas, y no es la educación que yo quiero para ustedes…


- ¿Y mentirnos toda la vida sí lo es mamá?


- No… Eventualmente se los iba a decir… Cuando estuviera lista, cuando creyera que no se enojarían conmigo por ser una bruja.


Ambas se callaron, y en mi mente no dejó de volar la misma idea, este era un problema que había pasado tantas veces y que Joan siempre llegaba al mismo resultado. Puede que ella no lo viera claro, pero yo sí, y no pude callarme.


- Señora Joan, no creo que deba meterme, pero me parece que Eve se haya enojado con usted por ser bruja, se enojó porque le mintió ocultándole que era bruja, y conmigo también…


- Adam… –Dijo Eve.


- ¡Es verdad! ¡No llevo mucho tiempo conociendo a tu familia, Eve, pero desde entonces he visto el mismo problema, las cosas serían mejores si todas ustedes fueran honestas entre sí para variar!


Ambas se quedaron de piedra, yo nunca había hablado así, Eve lo sabía, pero algo dentro de mí hizo que sacara toda esa frustración de encima. Joan soltó una pequeña lágrima al verme, al parecer mi pequeño tamaño no impidió que mi mensaje emocional le llegara.


- Hija…


- Ahora no mamá… Por favor…


Joan asintió en silencio y siguió conduciendo, Eve desvió su mirada hacia la ventana mientras más lágrimas brotaban de sus lindos ojos avellana. El resto del trayecto ocurrió de la misma forma, ambas estaban en silencio sin hacer contacto visual entre sí, Rena seguía desmayada en el asiento trasero, y yo me quedé pensando todo el tiempo en todo lo que había pasado, esperando no haberme pasado con lo que dije. Cuando el auto llegó a la casa de las Turner, en silencio Eve salió por la puerta, recogió a Rena en brazos y se quedó esperando frente a la puerta de la casa. Joan seguía en estado casi catatónico, mientras yo la veía en el asiento del copiloto, el cual estaba caliente debido a que el trasero de Eve lo mantuvo así durante el viaje, pero no pude disfrutar de eso, simplemente volví a hablar.


- Señora Joan… Usted sabe que borrarles la memoria no es la solución… Aun puede hacerlo si quiere, pero no le cuesta nada ser honesta esta vez.


Ella me vio mientras derramaba otra lágrima, y en este caso sus ojos rojos no brillaban por la magia, lo hacían por la tristeza. Aun así ella esbozó una ligera sonrisa, me recogió salió del auto, abriendo la puerta de la casa. Al entras vi que el resto de las chicas Turner estaban en la sala esperando, y vieron como Eve cargaba a Rena en sus brazos mientras se dirigía a su habitación.


- ¿Ivy, qué pasó? –Preguntó Abby.


- Que mamá les diga. –Acto seguido Eve siguió su camino subiendo las escaleras y desapareciendo de la vista.


- ¿Qué pasó, mami? –Preguntó Marcy.


- Bueno… –Joan desvió la mirada y volvió a verme, como si esperara confirmación de mi parte, aunque no tenía que hacerlo. Yo simplemente asentí ligeramente con la cabeza mientras veía como ella recuperaba algo de valor para hablar, se paraba más recta y dijo:


- Chicas, necesito hablar con ustedes, siéntense.


Las 5 se sentaron y Joan me dejó sobre la mesa en medio de ellas, se notaba que todas estaban preocupadas, hasta que Lisa rompió el hielo.


- Entonces… ¿Por qué Eve entró con esa chica así?


- Ella es Rena… Si era una bruja, tuvo una batalla con una chica, la que encogió a Adam, pero se recuperará.


- Mamá…


- No te preocupes Abby, todo está bien, Rena le borró la memoria así que no vendrá aquí… Pero no quería hablarles de eso ahora.


- Ok… ¿Y de qué querías hablarnos entonces? –Preguntó Roxy.


Bueno… Es una larga historia, y les quiero pedir que por favor la escuchen con mucha atención y traten de no interrumpirme… Esto no es fácil para mí.


Perceptiva como ella sola, al parecer Abby intuía lo que Joan iba a hacer, y no tardó en decírselo.


- Mamá… ¿Acaso les vas a…?


- Sí… Tengo que decirles la verdad.


- Mamá, sólo dilo ya. –Dijo Lisa.


- Ok pero no se alteren… La verdad es que yo… Yo… Soy una bruja.


- ¡¡¡QUÉ!!!


Marcy y las gemelas gritaron al mismo tiempo, parecía que su atención estaba en las palabras de su madre más que nunca, y en mí también, aunque en ese momento noté algo, desde arriba de la escalera estaba Eve, asomada en una esquina y viendo toda la situación mientras lloraba. Yo no dije nada, no tenía caso, así que escuché todo lo que Joan tenía que decir.


- Sé que es difícil de asimilar, y deben tener muchas preguntas…


- ¡Pues claro! ¿Tienes poderes y todo eso entonces? –Preguntó Lisa.


- ¿Puedes volar? –Preguntó Marcy.


- ¿Cómo no supimos nada de esto? –Preguntó Roxy.


- Bueno… Respondiendo en orden, sí, sí, y a eso voy, pero quiero que escuchen atentamente y en silencio, por favor…


Todas se calmaron un poco, dándole espacio a su madre para poder hablar.


- Gracias… No quiero aburrirlas con detalles, pero tampoco quiero mentirles, así que aquí va… Cuando nací todo era normal, con sus abuelos éramos una familia muy típica, pero cuando tenía 8 años la magia brotó de mí. Era muy extraño ya que mi madre no es bruja, ni su madre, por lo que investigamos y descubrimos que una antepasada nuestra lo era, por lo que de ahí vino mi magia. Mis padres no sabían que hacer por lo que unas brujas les recomendaron que me mandaran a la academia mágica de Goddesswork para entrenar, aunque sea en las vacaciones de verano, y eso hicieron. El descubrir esto fue muy raro para mí, todo en mi vida estaba de cabeza, pero entrené con mi magia hasta que me gradué. En la universidad hice algo que nunca antes había hecho, debido a la gran carga de cursos que tenía, decidí usar la magia para aprender todo mucho más rápido y así tener tiempo para mí misma y poder salir de fiesta y esas cosas. Mis padres no estaban de acuerdo, pero a mí no me importaba, sólo quería divertirme y pensé que no habría consecuencias… Pero si las hubo. Un día llegué borracha a casa después de una fiesta y discutí con papá, tanto que no pude centrarme y por accidente lo encogí con mis poderes y… Mamá lo pisó por accidente. Como saben su abuelo no murió sino hasta hace un par de años, pero si se preguntaban por qué quedó en silla de ruedas… Fue por eso. Aprendí por las malas a que, usar mis poderes para mi beneficio personal no solo era egoísta, sino que podía lastimar a las personas que más quería… En fin, durante los viajes al hospital para seguir la rehabilitación física del abuelo, conocí a su enfermero, su padre. Rápidamente nos enamoramos y en unos pocos años nos casamos y heredamos esta casa de su padre, su otro abuelo, quien era un veterano de Vietnam y, después de la guerra, mando a construir esta casa… Con el tiempo todas ustedes nacieron y crecieron sin su magia, sin embargo el primer sello que hice se rompió y Abby obtuvo sus poderes de golpe.


- Por eso es que se quemó el baño hace tantos años. –Agregó Abby.


- Así es… Ella era la única que sabía lo de la magia. En fin, poco después de que naciera Marcy, su padre tuvo que ir a la guerra en medio oriente. Dijo que iría a ayudar a un amigo que estaba en el frente, y que volvería para recordar a su padre con orgullo. Todo lo de Abby ocurrió mientras su padre estaba lejos y no podía tomar una decisión sobre su vida sin él, por lo que esperé durante meses a que volviera, pero…


Joan no pudo aguantar el recordar eso y se puso a llorar, todas estaban muy concentradas en el relato de su madre que ni se movieron, también estaban tristes… Pero Marcy le levantó y de repente abrazó a su mamá.


- No llores mami, por favor…


- Marcy… Gracias hijita, gracias… –Las lágrimas de Joan cesaron y esbozó una ligera sonrisa, para luego sentar a Marcy en su regazo y abrazarla con una mano.


- No tienes que seguir por ahí mamá, ya sabemos, descuida. –Dijo Roxy.


- Sí… Pero bueno… Supongo que lo de la magia venía porque no querías que pasáramos lo mismo que tú. –Agregó Lisa.


- En parte sí, sabía que estos poderes eran una gran carga, por eso sellé sus poderes cuando eran bebés.


- ¿Un sello? ¿Pero en dónde? –Preguntó Roxy.


- Un poco más arriba de sus nucas, por su cabello nunca lo irían a ver. –Respondió Joan.


- Ya veo… Por eso no querías que me cortara el cabello para parecerme menos a Lizzy.


- Así es… Y porque también el pelo corto te quedaría horrible, hija.


Todas rieron por ese último comentario, incluso yo que no sabía muy bien de qué hablaban, pero me sentía alegre rodeado por ellas. De repente vi como Eve se acercaba, sus hermanas se dieron la vuelta y luego lo hizo Joan, para ver que tenía que decir, aunque fue algo bastante simple, significaba mucho.


- ¿Me puedo sentar?


- Por supuesto, siéntate Eve…


Eve se sentó en el asiento que había desocupado Marcy y se preparó para escuchar (o más bien seguir escuchando) el resto de la historia de su madre.


- En fin… Cuando su padre falleció fue algo muy duro para todas, en mi caso me veía en la tarea de cuidar de una bebé y 3 niñas que desconocían sus poderes mágicos latentes… Abby se ofreció a ayudarme en todo lo posible, incluso le enseñé todo lo que sabía sobre la magia para ello, y es algo que le agradezco enormemente… Decidimos ocultarles la verdad con su padre porque él sabía todo por lo que yo había pasado, y no sólo por eso… Quería que ustedes tuvieran una infancia normal como la que yo viví antes de saber que era bruja, y sobre todo quería que aprendieran a vivir antes de tomar atajos con magia, no quería que cometieran mis mismos errores.


Todas quedaron el silencio luego de aquellas palabras, hasta que Abby decidió hablar en un tono mucho más asertivo del que la caracterizaba.


- Mamá… Quien no conoce su pasado está condenado a repetirlo.


- Sí… Creo que es verdad Abby.


- Lo digo en serio, yo… A pesar de todo, nunca me gustó ocultarle nada a mis hermanas, yo… Sentía que les estaba mintiendo sobre una parte importante de mi vida, y de sus vidas.


- Abby… Nunca me lo dijiste.


- No quería preocuparte ya tenías mucho con qué lidiar, pero… En serio que se los digas me quita un enorme peso de encima. –Dijo Abby entre lágrimas, las cuales eran una mezcla entre pena y alegría.


- Bueno… Para la próxima se honesta conmigo hija… Aprendí eso hace poco. –Dijo Joan mirándome con una sonrisa, mientras yo le levantaba mi pulgar en señal de aprobación. –En fin… Ya hablé demasiado, ¿qué tienen que decir ustedes?


- ¡Yo creo que eres genial mamá! –Dijo Marcy volviendo a abrazar a su madre.


- Bueno… Es mucho que asimilar… Pero creo que Marcy tiene razón, eso de tener magia debe ser muy cool. –Dijo Roxy.


- Así es Dead, ¡tienes que enseñarnos a usarla, mamá! –Agregó Lisa.


Al final todas miraron a Eve, esperando una respuesta. Ella tomó un largo respiro y empezó a hablar desde el fondo de su corazón.


- Mamá… Tú salvaste a Rena con tu magia, no sé si estaría viva de no ser por ti… Tu magia no es mala, es genial y… Creo que entiendo por qué hiciste todo lo que hiciste. Puede que me tome un tiempo aceptarlo, pero…


- Ese tiempo lo tendrás con todas nosotras, Ivy. –Dijo Abby.


- Así es… Gracias hija, ven aquí.


Joan le extendió los brazos a Eve para que fuera a abrazarla, y no tardó en hacerlo. Segundos después las gemelas y Abby la siguieron en ese abrazo grupal. Yo me sentía muy feliz por ellas, pero de repente la enorme mano de Eve me tomó para que yo me uniera al abrazo.


- Gracias Adam… Gracias.


- No fue nada Eve.


Ese abrazo grupal fue el primero que tuve en mi vida, y fue hermoso. Sentía como todo el cariño acumulado de las Turner se centraba en ese punto, y yo por suerte formaba parte de todo esto. La calidez que sentía, no producto del sudor de la mano de Eve, sino del amor que sentía esta familia me embragó por completo, quería que este lindo momento nunca llegara a su fin, pero una voz familiar nos interrumpió.


- Perdón por cortar con este lindo momento, pero tengo que decirles algo.


- ¡Rena! ¡Qué haces aquí, vuelve a la cama, estás herida! –Exclamó Eve.


- Me siento un poco mejor, lo sufriente como para irme.


- ¿Te vas? ¿Por qué? –Preguntó Joan, mientras el abraso se disolvía y Eve me mantenía en su palma.


- Bueno, cuando se fueron y le estaba borrando la memoria a Elena, luego de terminar aparecieron desde un portal varias de sus acólitas de la secta, me tomaron por sorpresa y me atacaron. Antes de que pudiera volver a levantarme, casi todas se esfumaron en una espesa neblina, de la cual antes de desaparecer por completo vi como una figura encapuchada emergía y lanzó una gran ráfaga de energía para destruir el lugar. Todo explotó… Luego viniste a salvarme y me desmayé. Cuando desperté y vi que estaba en su casa, sabía que tenía que irme lo más pronto posible, aunque le borré la memoria a Elena sobre las últimas horas,  estar muy cerca de ustedes ahora que su grupo me vio es muy peligroso.


- ¿Eso significa que no me ayudarás a volver a mi tamaño normal?


- Me costaría bastante romper ese maleficio, y tu Toque Divino complica aún más las cosas… Lo mejor por ahora sería que te quedes al cuidado de Eve hasta que me recupere, pueda volver a investigar a Elena y su grupo, la capture y la obligue a romper el maleficio.


- ¿Y eso cuanto podría durar? –Preguntó Eve.


- Varios meses.


- ¡MESES! –Gritamos todos al unísono.


- Lo sé, lo sé, es demasiado… Pero no puedo ofrecerles algo mejor por ahora, lo lamento.


Todas guardaron silencio por un momento, hasta que Joan empezó a hablar.


- Está bien Rena, Adam se quedará con nosotras el tiempo que sea necesario.


- Así es, vamos a cuidar de él muy bien, te lo prometo. –Dijo Eve.


- Nos encargaremos de que tenga todo lo que necesite. –Dijo Abby.


- ¡Y jugaremos mucho con él! –Dijeron las gemelas al mismo tiempo, seguidas de un grito de alegría de Marcy. Las otras las miraron extrañadas pero sin preocuparse demasiado, de hecho quien estaba más sorprendida era Rena.


- Wow… Pensé que eso sería un problema mayor, pero parece que no.


- Puedes confiar en nosotras, Rena.


- Yo sé que sí, gracias Eve, gracias Joan… Nos veremos pronto.


Acto seguido Rena se desvaneció en el aire, dejando la casa.


- Bueno… ¿Dónde estábamos? –Dijo Eve mirándome, antes de que el abrazo grupal regresara.


Y así empezó esta nueva etapa en mi vida, sólo quedaba esperar a que Rena regresara en unos meses y, hasta entonces, pasarla bien con las chicas Turner un poco más, en tan poco tiempo sentí que eran como mi familia, una verdadera familia…

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