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17:00HS
Isaac está exhausto. Apenas puede con su cuerpo demolido por los repetidos abusos. En contraparte las niñas tienen aún gran cantidad de energía. Lo que para Isaac es una tortura, para ellas es diversión. 
Isaac no puede seguir a flote, sus músculos se están acalambrando por el esfuerzo. En un momento intenta aferrarse a la parte inferior del bikini de Ingrid. No le parece una buena idea, pero no ve otra manera de descansar en la profundidad del agua.
Ingrid se sorprende cuando las pequeña mano se aferra como garra a su bikini. La pelirroja gigante inclina su cabeza y cruza una mirada con el antes orgulloso y digno hombre, que ahora no es más que un pajarito mojado intentando sostenerse de donde puede. No puede evitar lanzar una risita divertida. Anna ríe también. Ingrid en un movimiento, toma el antebrazo de Isaac con su mano y lo levanta en el aire, fuera del agua. Ella no lo quiere aferrado a su traje de baño. 
El repentino tirón hacia arriba fuerza el hombro de Isaac con dolor, pero no tiene voluntad para hacer absolutamente nada. Su pequeño cuerpo queda estirado, colgando como un muñeco de la mano de la pelirroja adolescente. Con otro movimiento fluido, Ingrid arroja a Isaac varios metros hacia el centro del lago y ni siquiera se molesta en mirar. Sigue hablando con Anna de otras cuestiones, distraída del pobre hombre que ahora está intentando nadar nuevamente hacia la orilla, con lo que le queda de fuerzas. ¿Es que quieren matarlo? Isaac sabe que esto ya no es un juego. Teme por su vida ahora. Está muy agotado y las niñas parecen no notarlo. O peor aún, lo están notando, pero no les importa.
Isaac nada en diagonal, intentando llegar a la orilla, por algún camino donde no tenga que toparse con las gigantas. 
Las niñas vuelven su atención al hombre en el agua ahora. Ingrid en algunos pasos está nuevamente encima de él. Isaac la ve acercandose, pero no hay mucho que pueda hacer, solo intenta llegar a tierra firme para descansar sus músculos. La gran mano de Ingrid se cierra sobre una de las pantorrillas de Isaac y lo arrastra por el agua hacia donde está su amiga rubia.
Isaac traga agua en el proceso. Está siendo remolcado a la inversa, sin cuidado por la giganta. 
Isaac siente que su cuerpo se eleva ahora. Ingrid lo está levantando del agua sostenido por una de sus piernas. Camina varios metros con el hombre colgando cabeza abajo, hablando y riendo con su amiga, mientras sostiene al hombre sin esfuerzo, como si no pesara nada.
Isaac está al borde del llanto ahora. Cada movimiento de Ingrid se siente fuerte y decidido, imparable. 
Por fin llegan a tierra firme. Isaac es arrojado sin ceremonias, bruscamente en la arena de la orilla. El pobre cae de una manera ridícula, sobre su cara y parte de su pecho, quedando todo sucio y con la arena pegada por todas partes. Isaac se toma un tiempo para recuperar su respiración. No puede ni siquiera pensar. Cansado, física y mentalmente. Nunca en sus casi cuarenta años se había sentido tan humillado. Ni tan impotente.
El cuerpo de Isaac, pequeño, insignificante, patético, es observado por las niñas. Isaac levanta su cabeza y muy por encima de él puede ver los rostros de las gigantas que se han estado burlando de él, jugando con él, abusando de él. 
Isaac siente una rabia profunda mientras se está recuperando. Quisiera tener fuerzas para darles lo que se merecen. Observando el rostro de las gigantas que lo miran curiosas y divertidas, no puede evitar notar que son hermosas. Dos mujeres jovenes vigorosas y fuertes, independientemente de su tamaño abrumador. Apenas puede contener su furia, su enojo al verlas tan despreocupadas mirándolo y hablando entre si, mientras sus estúpidas sonrisas siguen ahí. El rostro de Isaac está desencajado por la furia, las lágrimas corren por su rostro ahora. Isaac mira con un odio que nunca pensó que podía sentir. Primero a la pelirroja y luego a la rubia. Si hubiera podido matarlas con la mirada, lo hubiera hecho. Sus ojos proyectaban toda su ira. Cualquier persona hubiera sentido miedo de él en este momento. Cualquier persona, pero no unas adolescentes que lo consideran poco más que un muñeco.
Casi inocentemente, como si él no estuviera allí, las gigantas se aproximan y se acuestan una en cada lado del hombre a tomar sol. 
Isaac las mira azorado, ni siquiera puede mover un músculo cuando las dos hembras gigantescas se están acomodando tan cerca de él.
Las niñas son dos amigas tomando sol ahora con Isaac en el medio de ellas, despreocupadas totalmente.
Isaac tiene una vista privilegiada de sus cuerpos. Todavía está de rodillas con sus dos manos apoyadas en la arena, mirando a un lado y al otro. ¿Es que ellas no le temen en absoluto? ¿Ni siquiera un poco de respeto a lo que él pudiera hacerles mientras tienen los ojos cerrados?Como pueden estar tan tranquilas cuando lo han visto llorando y dispuesto a todo, un hombre enfurecido capaz de cualquier cosa. ¿a esto se había reducido ahora? ¿es asi como ellas lo veían? 
Isaac nuevamente comienza a llorar, en silencio en medio de las dos estatuas vivientes que toman sol a su lado, despreocupadas de todo, despreocupadas de su enojo y de lo que pudiera hacerles. No le temen en absoluto y ésta es una demostración de la inmensa superioridad que poseen sobre él.
Durante un buen rato las niñas descansan al sol. Isaac solo puede mirarlas y no se atreve a intentar nada. Nada de lo que pudiera hacerles supondría un daño. Pasa por su mente la idea de noquear a alguna de las chicas, pero mira la cabeza cubierta de rizos rubios, es tan enorme. Su ataque no sería más que una molestia para ella . Sus pensamientos de como escapar se esfuman apenas los va ideando, se queda sin salidas rápidamente, una idea detrás de la otra. 
Las gigantas comienzan a hablar nuevamente. Se están poniendo en movimiento. Isaac las mira y sabe de antemano que va a comenzar una nueva tortura para él.
Anna estira su cuerpo acostado en la arena perezosamente. Isaac mira esos brazos impresionantes moviendose casuales, sensualmente. El sol está calentando sus cuerpo. La enorme y hermosa rubia arquea su espalda con los brazos apoyados en la arena. Isaac no puede evitar sentirse excitado ante la belleza de la adolescente. 
Ingrid se está poniendo de pie ahora. Isaac mira hacia el otro costado y tiene una vista de la pelirroja parandose en toda su altura. Sus pantorrillas son enormes y musculosas. Isaac observa también los pies de la niña. Están tan cerca de su propio cuerpo y son tan grandes. Podría lastimarlo fácilmente con esos pies, incluso en un descuido. 
Isaac siente que su corazón comienza a latir rápidamente. No va a poder aguantar otro juego como el anterior. Su mente está ahora en un modo ciego. Y una sola idea cruza por su cabeza. Tiene que escapar, como sea. No puede seguir allí, a merced de los caprichos y los juegos de estas gigantas. 
Su respiración se agita. Está a punto de hacer cualquier cosa. Atacarlas, golpearlas, lo que sea.Las niñas están hablando entre ellas. Se ríen. Isaac sabe que están planeando algo más.Anna hace un movimiento y su brazo se dirige al cuerpo de Isaac.
Pero Isaac ya está preparado. Cuando la ve venir, por el rabillo del ojo, cierra su mano sobre la arena y con un movimiento veloz, arroja toda su carga sobre los ojos de Anna. La arena golpea la cara de la gigante rubia, sorprendiendola. 
Isaac se siente renovado por el golpe de adrenalina y ni bien arroja la arena, sale disparado hacia el bosque. Nuevamente en una carrera descontrolada. Sabiendo que ésta vez tiene que dar un plus. Su primer esfuerzo no alcanzó, pero en éste le va la vida. Ésta vez correrá como nunca lo ha hecho. Por todo lo que vale la pena.
Ingrid inclina su cabeza sorprendida por lo que acaba de pasar y ve a Isaac salir corriendo, nuevamente intentando escapar. La pelirroja se acerca para mirar a su amiga. Anna está bien. Solo molesta por la arena en su cara y en su boca.Cuando termina de limpiarse la arena de su rostro sonríe a Ingrid. 
"Es tu turno de ir a buscarlo"

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