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Yo en la mano de Julie y mis amigos en las de Diane, Molly y Tammy, nos dirigimos hacia uno de los Jacuzzis grupales. Las chicas tardaron un poco en entrar por completo, ya que el cambio de temperatura era algo brusco, no es que la piscina estuviera congelada ni mucho menos, después de todo era temperada, pero de eso al calor burbujeante de un Jacuzzi hay varios grados de por medio. Las 4 se sentaron en círculo con nosotros aun en sus manos mientras nos veían con una combinación de dulzura y malicia, una en especial con más de lo segundo, no sabía lo que nos harían y tampoco estaba ansioso por averiguarlo, pero si iban a hacernos algo mejor que sea ahora.

- Bueno pequeños, ¿cómo están ahora luego de tanta diversión? Jijiji –Preguntó Diane con una expresión que en otra boca sería motivo de burla, pero que de ella venía desde su más sincera ingenuidad.

Por suerte no tuve que ser yo quien lo admitiera, ya que Duke señaló el obvio hecho de que estábamos agotados.

- Mmm… Entiendo, necesitan descansar, ¿esto fue demasiado para ustedes?

Antes de que pudiéramos responder Molly rompió el hielo preguntando algo nada que ver.

- Oye Diane, ¿qué es eso que tienes en la muñeca? Lo he estado viendo todo el rato.

- ¿Esta cosa? Me la dio Ally, dice que es un amuleto que contiene el hechizo de respirar bajo el agua, me lo dio para esta ocasión pero se me olvidó usarlo, lo siento.

¡QUÉ! ¡PUDE EVITAR LA MITAD DEL DOLOR Y EL SUFRIMIENTO DE ESTA VERSIÓN DEL TÁRTARO! ¿¡PERO SE LE OLVIDÓ!? Por suerte sólo pensé en eso y no lo dije, aparte creo que Molly lo sabía desde un principio, o al menos sabía que era un amuleto, porque lo que le dijo a Diane era demasiado conveniente como para que fuera casualidad.

- Bueno, ya no lo usamos en la piscina, ¿pero y si lo usas en los chicos ahora?

- ¿Ahora, para qué? Ya no tiene caso, creo.

- Claro que sí, luego de patalear mucho me duelen los pies, y quiero que me den un masaje, ¿les gusta la idea chicas?

- ¡Sí! –Dijo Julie.

- Obviamente, jiji. –Dijo Tammy.

- Sí, creo que estaría bien, y no es tan agotador para ellos, aparte tienes razón, también me duelen un poco los pies. –Dijo Diane.

- Pero Molly, de nuevo está el problema de que nosotras somos 4 y ellos son 5.

- Si, es verdad Julie.

- Uy, ya se chicas. A ver pequeños, ¿quién de ustedes está más cansado? El que sea jugará con nosotras aquí arriba…

Diane no pudo alcanzar a terminar su frase cuando Alfa levantó la mano muy rápidamente y con fuerza, algo raro ya que eso significaba que era el que estaba “más cansado”, pero el ama a Diane, no lo culpo.

- Ok Alfa, entonces ven aquí.

Diane extendió su mano derecha para que Alfa se subiera, y con la izquierda nos apuntó para usar el hechizo de respirar bajo el agua sobre nosotros, en un principio no sentíamos el cambio, pero la lógica nos decía que como su brazalete dejó de brillar pues ya había usado en hechizo en nosotros.

- Listo, ahora bajen…

- Espera, se me ocurrió como hacerlo divertido.

- ¿Cómo Tammy? –Preguntó Diane.

- ¡Con un concurso! Que los 4 se vallan turnando para masajear todos nuestros pies y luego nosotras decidimos quien gana.

- Me gusta, ¿y qué más?

- Pues eso pensé, se me ocurrió recién ahora.

- Mmm… ¿Y si cada 4 minutos cada uno va al pie de su derecha? Así están una media hora en el masaje.

- Genial, has aprendido Julie.

- Gracias Molly, jiji.

- ¿Y que gana el peque que haga el mejor masaje?

- ¡Eso lo vemos luego Tammy, ahora empiecen chicos, no puedo esperar! –Ordenó Diane mientras las 4 con sus enormes manos nos sumergían hasta el fondo del Jacuzzi. Por instinto traté de mantener la respiración, pero luego recordé lo del hechizo y abrí la boca. Mis pulmones se llenaron de agua y podía respirar sin problemas, ¡Como Shinji subiendo al Eva01 en el primer capítulo de Evangelion!...

Perdón pero llevaba rato sin hacer una referencia y así es como soy.

El primer pie que vi fue el derecho de Julie (cuya planta estaba a la izquierda desde mi perspectiva), el cual estaba apoyado sobre su tobillo en el suelo, dejando su suela en diagonal, por lo que me puse frente a ella. No escuchaba lo que decían las chicas fuera del agua, apenas unos murmullos, pero si oí fuerte y claro a Molly diciendo: “comiencen” Era extraño, como si sus palabras retumbaran en mi mente, y seguro era exactamente eso, ya que los otros 3 empezaron a masajear al mismo tiempo, y yo no me quedaría atrás.

Puse ambas manos sobre la enorme suela de Julie y empecé a masajear, mis movimientos eran más llantos debido a estar sumergido bajo el agua, por lo que ahora debía compensar con fuerza para realizar bien el masaje. En eso incliné mi peso hacia adelante y mis brazos lo aguantaron, a la par de moverse en círculos por el centro de la suela enorme de mi hermana. Lo bueno de estar bajo el agua es que no podía olerles los pies, algo que siempre supuso un lio para mí, pero que no siniestra aquel fétido aroma a pies femeninos al frente mío hizo que pudiera concentrarme aún más y desempeñarme mejor. Bajé hasta su talón para frotarlo con más fuerza, ya que es una parte del pie más dura, me costó pero logré aplicar la misma presión sobre su piel, haciendo más esfuerzo, claro. Calculando en mi cabeza quedaban un par de minutos, por lo que empecé a nadar poco a poco hacia arriba  mientras masajea su suela de abajo hacia arriba y frotaba lentamente mis pies contra su piel para abarcar más espacio, como un masaje tailandés (o algo así, la verdad de eso no se mucho). Llegué a la zona de sus dedos, los cuales froté y jalé suavemente, balanceándolos sobre su eje lentamente para incrementar el placer, y eso hice con su meñique, anular, medio, índice y pulgar izquierdos del pie, y así hasta que acabó el tiempo. Luego de escuchar de nuevo la voz de Molly en mi cabeza diciendo “siguiente” supe que era turno del pie izquierdo de mi hermanita de relajarse, por lo que me puse manos a la obra a continuar con el masaje, pero como estaba en la zona de los dedos decidí hacerlo lo mismo que hice antes pero al revés. Empecé con los movimientos circulares en su dedo gordo y así hasta el meñique derecho, para luego bajar lentamente por toda su suela, abarcándola como antes. Después seguí con la laboriosa tarea de frotar su duro talón, para finalizar masajeando la base de la planta de su pie.

Molly volvió a decir “siguiente” en nuestras cabezas, y me dirigí al siguiente pie, el cual resultó que era el derecho de Molly. No puedo decirlo a ciencia cierta, pero creo que ella estaba sonriendo al saber que ahora era mi turno de mimar sus pies. Nuevamente empecé con frotar en círculos su suela, estar al servicio de Molly no me agradaba pero pensé “bueno, al menos no soy su calcetín” y eso me motivó un poco. Antes de que pudiera bajar a su talón su pie se precipitó por completo sobre mí, y quedé inmovilizado bajo el peso del pie de esta malvada niña de 7 años. No conforme con humillarme lo suficiente con eso, me habló mental mente para decirme “lame Jazz, lame como el perro que eres”, para luego presionar un poco. Sin pensarlo mucho empecé a lamer su suela como pude, al menos el área que tenía cerca ya que no podía moverme. A pesar de haberme tragado antes el sudor de Tammy, esto era distinto, era humillación y dominación directa, y lo peor era que me la estaba dando una niña que en circunstancias normales mediría poco más que la mitad de mi estatura, pero que ahora comparada con mi pequeño cuerpo era colosal, y gracias a sus poderes, como una Diosa. Luego de lamer por unos minutos que se me hicieron insoportablemente largos escuché el aviso general de que tocaba cambiar de pie, pero poco después la voz de Molly me dijo sólo a mi “ahora dale algo de amor a mis dedos”, por lo que nadé hacia arriba para alcanzarlos. A pesar de eso pude ver como su pie se elevaba sobre mí, como si quisiera que lo alcanzara, que me esforzara más para adorarla, y no tenía de otra. Nadé como 4 veces la distancia normal que ya había recorrido antes con Julie y me puse por encima de su pie, empezando a lamerle los dedos y las uñas con bastante dedicación para que no me jodiera. Mi lengua cubrió buena parte de sus dedos, hasta que oí que me decía “ahora entre los dedos, perro”, por lo que hundí un poco mi cabeza entre sus dedos para lamerlos. Luego de un minuto pasó algo horrible, su pie subió más hasta llegar a la superficie, donde noté que ya no estaba abajo del agua y que las 3 veían como le estaba lamiendo el pie a Molly con tanta pasión. Mi hermanita se rió un poco y las otras 3 simplemente se carcajearon al verme de esa manera, yo pensé que correrme en Ally era lo más vergonzoso que me había pasado, luego chuparle las medias a Jane, pero este momento supera con creces a los 2 anteriores combinados.

Molly bajó su pie al agua conmigo de nuevo, y a los pocos segundos volvió a decir “siguiente”, por lo que nadé hasta mi próximo objetivo, el pie derecho de Diane. Ya lo conocía de memoria, pero nuevamente me tocarme verlo “cara a cara”. Cuando empecé a frotar sentí que 2 dedos me tomaban y me llevaban a la superficie, justo frente a la cara de Diane, la cual me dijo “Oye Jazz, pues también lamerme los pies a mí, jiji, ¡gracias!” para luego volverme a sumergir. Yo obedecí y empecé a lamerle ambos pies a Diane durante 8 minutos, yendo de un lado al otro hasta que se acabara el tiempo, pero aun rojo de vergüenza. Sus suelas, sus talones, sus tobillos, sus uñas, sus dedos y entre ellos, ningún lugar de los pies de Diane se quedó sin que yo lo lamiera. Tratando de pensar en otra cosa mientras lo hacía, recordé que vi de reojo a Alfa en mis 2 salidas humillantes a la superficie, y es que estaba entre los gigantescos pechos de Diane con una expresión de placer en su rostro que conozco muy bien.

A los 8 minutos de que empecé con Diane, Molly volvió a dar el aviso, por lo que era turno de masajear a la última giganta: Tammy. Ahora quise empezar por sus dedos para seguir bajando después, y eso hice por como minuto y medio hasta que sentí una presión increíble, y era que estaba atrapado entre los pies de Tammy. Molly no tardó en decirme “no te muevas, sólo estira la lengua hasta que acabe todo, confía en mi” para luego no volver a hablarme más. No tenía de otra, ella obviamente estaba al tanto de lo que hacía por lo que obedecí y saqué la lengua, sólo para que un segundo después el pie izquierdo de Tammy que me presionara la espalda bajara conmigo aun entre medio, por lo que fui frotado cual footjob por Tammy mientras inconcientemente le lamía los pies. Ahora no era una persona, era de nuevo un juguete, y uno sin salida a merced de los juguetones pies de una hiperactiva niña de 9 años.

Finalmente el calvario terminó, y los 4 subimos a la superficie, donde aprovechamos de escupir buena parte del agua que habíamos tragado.

- Bueno niñas ya terminó el concurso de masaje, díganme, ¿quién lo hizo peor? –Preguntó Diane.

- ¡Bueno, eso obvio que Jazz, no masajeó nada y sólo se dedicó a lamer, jajaja! –Exclamó Molly.

El sentimiento de trágame tierra me invadió nuevamente, lástima que estuviera en el agua.

- Pues sí, si me preguntan a mi quien mejores masajes dio fue Duke.

- Sí, creo que es cierto Tammy, y eso que él hace rato solo se quejaba, jijiji. –Dijo Tammy alegre como siempre –Bueno hermanito, creo que es obvio que tú ganas, ¿les parece chicas? –Todas asintieron. –Pues sí, tu premio será que podrás descansar 15 minutos luego de la cena, antes de volver a jugar con nosotras.

Puede que parezca poco, pero luego de lo que ya hemos pasado esos 15 minutos son más valiosos que un Amazing Fantasy #15 firmado por Stan Lee y Steve Ditko… Bueno, eso sí es exagerar, pero se entiende la idea, espero.

- En cuanto a ti, pequeño Jazz, como perdiste tu castigo será…

- ¡Esperen! –Dijo Julie, luego de ver mi cara de dolor. –Creo que él no podrá jugar con ustedes así esta noche, me prometió las otras ves volver a jugar conmigo, y eso es lo que va a hacer, ¿verdad Oni-chan?

Luego de un par de segundos asentí, aceptando el salvavidas que mi bella hermanita me había lanzado para sacarme de esa situación.

- Valla, no puedo objetar eso, lo siento chicas, pero esta noche Jazz es de Juile, promesas son promesas.

- ¡Oh, vamos!

- He dicho. Ahora si vallan a secarse que vamos a comer, pediré el servicio a la habitación para nosotras.

Esa simple promesa bastó para emocionar a las 3 Imouto, por lo que salieron corriendo por sus toallas sin siquiera recogernos del agua. En cuanto a Diane, se quedó un poquito más.

- Bien, como las niñas se fueron ya puedo sacarte Alfa.

En eso Diane sacó a Alfa de su escote y lo lamió frontalmente, para después pasar 2 dedos entre sus tetas y sacar un líquido blanco familiar de entre ellas, para luego lamerlo con una expresión lasciva en su rostro.

- Tenía que limpiar el lugar para los demás, nuevamente gracias por aceptarlo Alfa. En fin, nos vamos chicos.

Al terminar de hablar Diane nos puso a los 5 otra vez entre sus tetas, y todas las miradas se dirigieron a Alfa, y nuevamente fue Duke quien rompió el hielo.

- ¿Gracias por aceptarlo?

- Si, lo siento Jazz, pero me rendí ante Diane.

- ¡¿Cómo?!

- Perdón, pero sabes lo que siento, no tenía de otra. Lo lamento pero ahora solo falta que tú te rindas.

- No me rendiré… Yo… Saben… Hablamos después…

Ciertamente no tenía las energías para discutir en ese momento, estaba sumamente cansado luego de los “masajes”, y necesitaba aunque sea un momento para recuperarme. Las 4 chicas se secaron y volvieron a la suite, y luego de pedir servicio a la habitación por el comunicador de la sala, Diane me sacó de su escote y pasé a estar en las cálidas manos de Julie. Le doy gracias a Rachel por tener una hermana tan linda, y que bueno que lo que queda de noche lo voy a pasar con ella, espero que nada nos perturbe de aquí hasta que nos vallamos a dormir, ojalá no sea mucho pedir…

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