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Amanecer:

Me quede dormido dentro del salero, el cansancio de haber sobrevivido al día anterior hizo su efecto.

La luz del día dejaba ver todo a mi alrededor, la cama, los zapatos, la mesa todo seguía igual de gigantesco. Sobre el suelo aun reposaba el cuerpo de a hormiga que marielos aplasto sobre mí la noche anterior.

Todos mis sueños, mis metas mis anhelos se estaban desvaneciendo. Ya no podía librarme de mi destino. Ese día iba a morir aplastado por los pies de marielos. Cerré los ojos y trate de imaginar ese destino  ¿Será rápido, lento? ¿Será un momento que disfrutare o no? Son tantas cosas las que pueden ocurrir, no sé si ella lo disfrutara o moriré como un insignificante insecto.

Marielos aún seguía dormida, no tardo más de una hora hasta que despertó.

Escuche un quejido proveniente de ella, seguramente fue cuando se estiro para levantarse. Su cama crujió por el peso de ella, mientras yo veía como ese cuerpo gigantesco ascendía sobre mí. Vi como puso cada uno de sus pies en sus sandalias y con una cara grasienta y cabello despeinado me dijo:

“Irving, pequeño insecto hoy es tu ultimo día aquí en este mundo, luego pasaras al mundo de los muertos, o debería decir, aplastados jajaja”. Mencionó marielos con un tono burlesco.

Yo me estremecí al escuchar esas palabras, quería escapar pero el salero era demasiado pesado como para levantarlo.

Pronto vi que marielos se puso de pie y camino hasta su mesa, ahí tomo un tarro de crema en forma de pelota, unto un poco en su cara y luego lo puso a la orilla de su mesa de noche. Seguramente era su crema para las espinillas.

Luego camino hasta su closet y saco un sostén, una tanga y una toalla. Puso esa ropa en la cama y frente a mi comenzó a desvestirse.

Puse ver su cuerpo completo desnudo, desde la cabeza hasta los pies. Ella me miraba con una sonrisa picaresca en su rostro.

“¿Supongo que estas disfrutando de la vista?” menciono marielos.

Yo no dije nada.

Luego puso sus pies junto al salero, ella estaba segura que yo comencé a excitarme y a la vez a asustarme. Luego golpeo con su pie derecho el salero e hizo que cayera hacia un lado.

Entonces yo quede libre de esa prisión, pero había algo peor. Marielos estaba sobre mi totalmente desnuda. Sonreía al ver mi cara de asustado.

Ahí ya no pude ocultar mi temor. Mi suposición era cierta, Marielos iba a matarme bajo sus pies.

“Marielos por favor”

-¡Cállate miserable insecto!

-Marielos hare cualquier cosa que quieras, pero por favor no me aplastes! Dije mientras miraba a la imponente mujer.

Marielos me observaba con una sonrisa maliciosa, yo sabía que ella iba a matarme. Entonces levanto su pie y lo balanceo sobre mí

Pude ver la suela de su pie. Su color rosa pálido y textura suave no eran motivos suficientes como para sobrevivir al peso de toda esa carne, más aún cuando la noche anterior vi como murió una hormiga bajo sus pies.

Mi corazón latia mas rápido, mi pene comenzó a crecer de nuevo, podía oler el perfume de sus pies desde el suelo. Marielos aún mantenía su pie sobre mi, quizá lo hacía solo para asustarme o quizá esperaba el momento oportuno para aplastarme. Pronto su pie comenzó a bajar lentamente. Mi respiración era cada vez más acelerada, yo no intente escapar porque sabía que eso sería en vano.

Solo esperaba el momento en que su carne tocara mi cuerpo y comenzara a exprimirme como a un limón. La sombra de su pie comenzó a oscurecer mi mundo, me sentía solo, desamparado. Mi vida así terminaría bajo el pie de Marielos. Pronto su carne toco mi cuerpo, mi respiración comenzó a disminuir por el peso que el pie ejercía contra mi pecho, lentamente comencé a desesperarme, podía sentir mi cuerpo comprimirse, mi respiración se agotaba, el aire ya no era puro era más bien una mezcla entre oxigeno y sudor del pie de marielos.

Pronto comencé a llorar, solo esperaba que todo esto terminara, abri la boca para respirar y pude probar el sabor a sudor del pie de marielos. Fue realmente el infierno.

Pronto sentí que el peso desapareció por completo, luego de un suspiro profundo abri los ojos, aun miraba borroso por mis lagrimas. Vi que marielos quito el pie de mi cuerpo y camino rápidamente fuera de la habitación.

No lo podía creer, marielos me dejo vivo. Era momento de escapar y buscar un buen refugio. Pronto vi su cartera en el suelo junto a la cama, era el único lugar donde yo podría escapar y esconderme de marielos. En el camino vi a un zancudo agonizando en el suelo, no sé que le había pasado, seguramente Marielos le había pegado con su mano.

Por fin llegue a la cartera de marielos y entre por una abertura en el ziper. Dentro de la cartera habían muchas cosas, pero lo que hice fue esconderme entre la tela y el cuero de la cartera. De esa forma ella no podría encontrarme aunque le diera vuela a la cartera.

No pasaron más de 5 minutos cuando marielos regreso. Desde mi escondite podía ver a través de la tela el mundo exterior. Ella ya estaba vestida, pero todavía descalza. Ella miraba hacia el suelo, seguramente para continuar de aplastarme, pero no me encontraba.

-Irving! ¿Dónde estás? Insecto desgraciado.

Marielos miraba a todos lados, seguramente estaba enojada.

-Maldito cartero! Por su culpa tuve que quitar mi pie de Irving. Dijo marielos en un tono decepcionado.

Marielos caminaba hacia atrás, aun con los pies descalzos. Ella llevaba puesto un short pequeño y una camiseta blanca. Su cabeza aun apuntaba hacia el suelo pero a pesar de eso ella tuvo un accidente en su pie.

-¡Mierda! Lo aplaste sin querer! ¡Puta madre, no tenia que morir asi, tenia que hacerlo lentamente!. Se quejo marielos.

Ella creyó que el zancudo que estaba en el suelo era yo. Afortunadamente el zancudo lleno de sangre su pie, por lo que ella no logro distingir el cuerpo.

-Lo siento Irving, pero tu intentaste escapar y no pudiste. Ahora eres una mancha en mi pie, creo que mejor me ire a bañar. Dijo marielos aun decepcionada por el accidente.

Desde adentro de la cartera mi mundo volvió a tener color, aun estaba vivo y si no fuese por el cartero que toco la puerta de su casa, yo en este momento aun estuviese en el pie de marielos, o peor aún, muerto como un insecto insignificante.

Solo falta esperar que me preparan estos días. Debo de encontrar a melissa y pedirle  que me vuelva a la normalidad. Espero que ese dia llegue pronto.

 

 

 

 

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