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Esto puede verse como una visión general y alternativa de todo lo que precede, y no es "canon", por decirlo de alguna manera.

 

ALTERNATE I

 

Desperté en su casa y descubrí que era absurdamente pequeño, tanto que ella no podía verme siquiera, y así mi vida de repente se redujo a nada, a vivir a sus pies, a pasar hambre, frío y enfermedad, a estar sucio, famelico y harapiento mientras la veo a lo lejos despreocupada por mí, con sus muslos gruesos y sus tetas colgantes retumbando junto a su culo, radiante e imponente, no importándole si termino como una mancha invisible mientras se arregla para salir, me he reducido y así permaneceré por siempre, manteniéndome con ella, sería mi cuerpo tan débil que debería protegerme mientras habla, incluso a corta distancia su voz sería tan potente que podría desintegrarme, y al ver como en unos días sin dificultad se consigue un nuevo novio mucho mejor que yo y el hecho de tener que ver impotente como aquel se la coge durísimo mientras me masturbo con la imagen, como faja, como se besa con otros y progresa en la vida mientras yo soy casi una bacteria, sin futuro, con ella encerrándome en un anillo, para mi tan grande como una ciudad pequeña, fingiendo y jugando a que me aplasta con su cuerpo enorme, con su piel morena mientras rie inocente, ignorando mi terror, poniéndome en diferentes partes, en su ombligo sexy y profundo, entre la selva negra, humeda y caliente de su entrepierna, o en la cima de sus tetas, montañas enormes a mi perspectiva, finalmente encerrandome en un dije como un recuerdo, “Mi primer novio” dice grabado de forma sarcastica, reducido a una bacteria en un pequeño dije eclipsado por sus tetas mientras camina sonriente de la mano de su actual novio, alto y mamado… Y en el fondo un par de chicos volteando a ver su culo y sus piernotas meneándose a través del corto short de lycra.

Con el paso de las semanas se iría olvidando de mí hasta que siguiera con su vida como si nada hubiese pasado, tendría que tratar de sobrevivir viviendo como menos que un insecto, comiendo lo que fuera, soportando el frío terrible de la noche y el suelo helado mientras ella esta caliente en su cama, también debería evitar enloquecer, evitar deprimirme, aunque lo vería difícil, ver de pronto que toda mi vida de aspiraciones se ve cortada para siempre únicamente por su diversión y ver que en unas cuantas semanas ni siquiera recuerda que estoy allí, el estar condenado para siempre a una vida solitaria y siempre al borde de una muerte intrascendente, escuchando sobre de mí su risa atronadora destrozando mis timpanos, sus pláticas por teléfono, y el sonido grave y profundo de sus pasos, mientras sigue viviendo su vida ajena a mi sufrimiento, masturbándome al verla desnuda, vistiéndose para salir o haciendo cualquier cosa, pues ya sería más que inalcanzable, solo quedaría el recuerdo de cuando tuve todo eso entre mis manos, llorando de terror al ser casi aplastado por accidente… Pasarían meses y ella no se acordaría de mí, o poco le importaría, quizás al vagar encontraria a mas hombres pequeños, reducidos por ella, pretendientes frustrados, o exparejas, todos desequilibrados, locos por la nueva vida a sus pies, lloriqueando en pánico tras salvarnos de morir y vernos insignificantes entre sus masivos pies extendiéndose hacia el cielo, escapar sería una mala idea, peligrosa además, cruzar durante días el inmenso desierto blanco de su piso con el riesgo constante de sus pisadas, y días de viaje pues lo que yo recorrería en un día tendría la longitud de uno solo de sus pies, además, saldría de un lugar relativamente seguro a un mundo desconocido, en su piso al menos podía comer de las migajas que cayeran de su comida, placas de su piel, y beber de su sudor condensado en el piso, cobijado por su cuerpo enorme y caliente, fuera moriría, y era irónico, estaba condenado a vivir cerca de ella pues de ella vivía, y probablemente por ella moriría también. De pronto me buscaría al preguntarse que ha sido de mí, y me encontraría, quizás viviendo entre las fibras de su cama junto a los acaros cerca de donde posa sus nalgas enormes, así por la noche su calor corporal me cobijaría sin aplastarme con su peso inmenso, se sorprendería al verme vivo, pues ella creería que yo había muerto hace mucho tiempo, al verme en un microscopio se reiría, diría algo humillante al verme desnudo, sucio, desnutrido, luego me pondría nuevamente en el anillo, y desde allí la vería por días, a veces me quebraría y lloraría desesperado al verla sobre mi cabeza, y verme impotente e insignificante, recordando cuando la tenía entre mis manos, masturbandome, haciendome incontables pajas de forma patética admirando sus muslos y piernas gruesas, su vagina sin nada bajo su blusa, y su culo temblando y moviéndose a cada paso a la par de sus tetas al aire resaltando lo inegable y la diferencia física, yo cada día mas horrible, delgado y demacrado, con las costillas marcadas y la cara granosa y grasienta, y ella cada día mas radiante y deliciosa, feliz con sus curvas marcadas, y su picara sonrisa, teniendo mas relaciones, novios uno tras otro, viendo cada 2 semanas a un hombre diferente besarla, besar su dulce boca, porque la visión de sus piernas, de su cuerpo a una escala enorme y de ella cogiendo como puta frente a mí ni siquiera recordando que la veía, moviéndose tan rico sobre su novio acostado, desnuda, divina, tan rica y sexy, tomando el pene de su novio apuntándolo a su vagina para luego bajar lento a la par de un gemido de placer mientras entraba, a la sombra de los rebotes de su culo mientras daba sentones y gemía como una diosa lujuriosa, yo, impotente me ponía durísimo y me masturbaba a pesar de lo humillante que era, y era curioso, pues podía verla un día así, cogiendo como una diosa, y al poco rato haciendo algo inocente. Siempre recordándome que yo para ella ya no era nada.

Me mostraría fotos de sus pretendientes dándome detalles sobre lo que piensa, o lo que va a hacer, tras quedar se arreglaría para salir y me preguntaría con que ropa se ve mejor, si con una falda corta o un short y medias, con escote o sin escote, tacones o tenis, y así se iria entre el sonido y el tremor de sus pasos para volver más tarde y despedirse besando intensamente a su cita, frente a mis ojos, oyéndola hablar dulcemente, decir palabras bonitas, y tener a veces, fugaces y bellas relaciones como las que nunca he tenido, como le regalan ramos de flores enormes mientras le dicen lo fabulosa que es…
Sería algo menos que una perversa mascota, una mascota por lo menos se puede ver, así algún día podría ser que Gaby se estuviera arreglando para salir y se sentara en el mueble, sin recordar que yo estaba allí, a este punto de mí no quedaría nada.

Encerrado en el dije, siempre colgado, nadie lo notaría siquiera, siempre eclipsado por sus tetas llorando y deprimido mientras fuera Gaby faja como una puta, agarrándole el pene a su novio mientras aquel amasa su culo, mientras se besa apasionadamente con alguien alto y mamado. Desesperado, miserable y al borde del colapso, ella exitosa y despreocupada, estudiando y con amigos, amor y felicidad, siempre hermosa, yo por siempre atrapado como un adorno invisible entre sus tetas, “Mi primer novio” se lee junto a un close up dejando ver mi insignificancia y estado deplorable al lado de la que alguna vez fue mi novia, mientras le dice al otro palabras dulces al oído, subida en sus piernas restregando su vagina contra el pene endurecido de aquel, rodeándole el cuello con las manos y dándole un beso al final mientras yo veo todo oscurecer conforme el dije es aplastado entre sus senos suaves. Mientras caminan a su casa para coger, donde vería una vez más sus deliciosas nalgas enormes rebotando mientras me tapo los oídos para que no me lastimen sus gemidos de puta. A veces pensaría mientras la veo con un short y sus piernas gruesas cruzadas a la distancia que quizás podría salir de esa vida miserable hablando con ella, pero luego reaccionaria, ni siquiera recordaría mi existencia, habrían pasado ya 2 años, y sería tan pequeño e insignificante que no podría verme, mucho menos oírme, y en tercera, así pudiera hablar con ella no me volvería a la normalidad, al pedírselo se reiría, me diría algo humillante, y me ignoraria eso si pudiese articular palabra hacia ella, pues quedaría pasmado de volver a hablar con ella, al mirar hacia arriba sus piernotas, su cadera y tras sus tetas, Gaby, con su voz atronadora reventándome los tímpanos a la sombra de sus tetas colgando mientras se agacha para acercarse a mí… Un ser más pequeño que una mota de polvo rogándole por su vida, caminaría a mi alrededor riéndose de como sus pasos me tiran al suelo y como lloro suplicándole por una oportunidad, a Gaby poco le importaba si vivía o moría, si pasaba frio o hambre, si seguía a su sombra o había muerto bajo sus medias.

 

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