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NOTA 26

 

Quizás somos demasiado optimistas, aunque en este lugar el optimismo era lo único que marcaba la diferencia entre algo de vida y el volverse loco... Nos despertaron los terremotos provocados por la diosa al levantarse de su cama y posar sus pies sobre el suelo, salió corriendo de su habitación en dirección al baño, derribando con sus pasos cataclismicos todo nuestro campamento y a nosotros mismos, cerro la puerta, y un instante después se escucho el sonido atronador del agua chocando mientras orinaba, después volvió a su habitación, y algunos momentos después, salió por la puerta vestida con un pantalón ajustado, una blusa roja y unas botas negras… Pasado el peligro que ella suponía, nos dispusimos a caminar en dirección al sofá, donde el montón de ropa aún yacía…

 

NOTA 27

 

Horas y horas pasaron, caminado, flanqueando motas de polvo del tamaño de una casa pequeña, subiendo por los pequeños montes formados en el suelo, que a nuestra escala son enormes colinas desde las cuales es posible ver varios kilómetros a la distancia entre el estéril y lunar paisaje… Miraba a la distancia, y lo único que rompía con la monotonía de las blancas planicies era una bola de cabellos que se alzaba sonbre el suelo algunos kilómetros… No había nada más… Entonces seguimos caminando.

 

NOTA 28

 

Llegó la noche y ella no regresó… Aprovechamos para caminar un poco más en medio de la oscuridad reinante, pues la única luz que entraba lo hacía por las ventanas… El frío no era un problema ahora, pues tenemos antorchas fabricadas con grasa, y grandes abrigos hechos con pequeñas fibras atrapadas en los rincones de la habitación… Que en sí son suficientemente grandes para vestir a colonias enteras, el problema es transportar todo aquel material… En fin, seguiremos avanzando.

 

SUEÑO 2

 

Íbamos a salir, no había nadie en su casa y yo esperaba sentado entre la oscuridad mientras ella lavaba los platos, estaba allí, al fondo del pasillo, descalza, con un pie ligeramente levantado mientras doblaba su pierna, la luz remarcaba su silueta, y yo la veía estupefacto, después cerro el grifo, se me acerco y me miró, sonrió y me besó, luego volvió a verme y siguió en lo suyo. Salimos de su casa, y mientras caminábamos por la calle hacia el parque la tomaba de la mano rodeandole el cuello, me sentía menos que ella la verdad, se veía muy sexy, tacones y medias negras, y solo un camisón negro y ajustado que no era tan largo y dejaba sus piernas a la vista, debajo no llevaba nada, por lo que desde el suelo que soportaba cada uno de sus pasos se podía entrever su vagina, yo le pregunté por que no traía short, y ella me respondió con una sonrisa, “Para que todos me vean y piensen que soy una putota”, y seguimos caminando, ella bajo atentas miradas de morbo, yo altivo de ir con ella sujetando su mano.

Ya en el parque caminamos un rato y luego nos tumbamos al pasto en un lugar aislado, escondido, allí ella se subió en mí, y me besó, se empezó a mover y a frotar su pelvis contra mí, yo solo acariciaba su trasero levemente cubierto por el bluson, afortunado si algún jardinero cerca vio el espectáculo, Gaby en 4 dejando ver su trasero ajustado, quizás incluso pudiese haber visto un poco más allá… En medio de todo aquello, yo estaba durísimo mientras ella dejaba escapar leves gemidos mientras presionaba su vagina contra mi pene erecto, entonces me dijo sonriendo y entre unas leves risas, “Ya me dieron ganas de coger”, me miró picara y nos besamos.

Más tarde, fuera de su casa le dije mientras la miraba, espera, ven, y cuando se acercó metí mi mano bajo su pants deportivo, luego bajo sus bragas y sentí su piel suave ligeramente humedecida junto a su cara de asombro, y metí mis dedos, ella dijo mi nombre medio gimiendo, y se abalanzó hacía mi a besarme con intensidad mientras movía mis dedos dentro del su húmeda vagina y amasaba su trasero con mi otra mano…
Ella se despegó mientras respiraba jadeante antes de tomarme de la mano y jalarme hacia la puerta de su casa, entonces la abrió… Y desperté…

NOTA 29

 

La noche de hace dos días tuve un sueño, un sueño que más que nada fue la proyección de un antiguo recuerdo, de una época que fue sepultada por el presente, y que me cuesta pensar que realmente ocurrió en realidad, aquella época donde podía verla como una persona, como alguien más, no como una diosa… Y nada como volver a la realidad con una prueba de realidad misma, me despertó el sonido que hizo la puerta cuando la apoyaron contra ella para besarla con intensidad… Se despedía de alguien, tras haber pasado la noche entera con él… No perdimos tiempo, y rápidamente recogimos el campamento mientras afuera amasaban su titánico culo… Temíamos que ella fuera a entrar acompañada, pues ya sabíamos lo que esto implicaría, tímpanos desechos por gemidos intensos, y terremtos capaces de derrumbar colonias enteras… Así que comenzamos a movernos frenéticamente en busca de refugio, el cual no tardamos en encontrar… Pequeñas grietas formadas en la blanca roca donde apenas y cabía un alma de pie, pero era mejor que nada… El jefe de la expedición nos gritaba que nos apresuraramos, y tenía razón al hacerlo, yo estaba asustado al igual que todos, apresurándome a cargar las provisiones y arrojarlas en alguna de las multiples grietas, piel muerta, grasa, antorchas, sudor condensado, carne de la hormiga en estado de descomposición, sal… Y entre todo eso, migajas de su comida, que eran, por mucho, lo más delicioso y un manjar en si mismo. Aun no llebabamos ni un tercio de las provisiones cuando la puerta se abrió con un estruendo, y la luz nos cegó por un instante… Su angelical voz retumbó por el cielo y hasta el centro de nuestras cabezas mientras se quejaba de cansancio… “Me duele el culo”, dijo mientras pasaba su mano por la curva suave. La miré con atención junto a los otros, y es que podría parecer que no habría lugar para otra reacción que no fuera el pánico, pero no era así… Ella era y suponía una visión dantesca, inimaginable, era hermosa, y además, inconmensurablemente enorme, y cada una de sus acciones era impactante, y ella en sí arrastraba la atención de todos, quienes parecíamos estar en trance, trance interrumpido en cuanto una de sus botas atravesó el cielo, cayendo a muchos kilómetros de nosotros, pero haciendo temblar el piso enormemente… El capitán gritó… Y todos corrimos hacia las grietas mientras ella se desabrochaba la otra bota, que igualmente atravesó el cielo, cayendo como un enorme asteroide, pues, en dimensiones, una sola de sus botas era mucho más grande que el bólido que acabó con los dinosaurios.

 

NOTA 30

 

Mientras corría levanté la vista… Ella se estaba desvistiendo, sus calcetas negras fueron lo siguiente, seguido de su blusa… Que, tras ser retirada revelo un negro sostén, que aprisionaba sus tetas divinas de forma ominosa, una sola era mucho más grande de lo que alguna vez fue para mí el monte everest, pero no era tiempo de comparaciones… Al ver eso llegué a la grieta, voltee hacia atrás desde ella, y ví a la mayoría de la expedición aún corriendo hacia mí, entonces una sombra se abalanzó sobre nosotros, y el impacto me dejó noqueado… Cuando desperté, unos minutos después, era todo oscuridad… Y el aire, el aire se sentía pesado, húmedo, y el aroma era apabullante… No malo, pero si que lograba desarmar los sentidos… A su vez el calor me hizo sudar sobremanera, lo que despertó en mí la preocupación. El agua era un bien relativamente escaso, y no podía perderlo de esta forma… Me arrastre hacia arriba de la grieta solo para encontrar mi camino bloqueado por una maraña de tela negra… Pude haber pasado a través de ella, pero no lo hice, ¿Por qué?, por que no eran más que sus calcetas, y supe de inmediato, que no tendría forma de arrastrarme por la docena de kilómetros que había hasta el exterior de la jungla de tela, y que si lo intentaba terminaría atrapado, perdido, y finalmente moriría deshidratado, asfixiado, aplastado por la tela, e incluso devorado por los acaros que quizás sobrevivían en la tela, o, si sobrevivía a todo ello, ahogado cuando Gaby me arrojara a la lavadora junto al resto de su ropa interior… Así que esperé, mientras el sudor corría por mi frente. A que ella se llevara sus calcetas… Pasaron minutos, y la escuche salir de la ducha… No parecía que fuera a quitar aquella ropa de allí, y entonces, me desmaye.

 

NOTA 31

 

Me despertó uno de mis compañeros, se veía sorprendido de que hubiese reaccionado, estaba sobre la blanca roca mientras lentamente me incorporaba, les pedí agua, misma que me proporcionaron rápidamente… Voltee a los lados, para ver… Nada. Las provisiones que quedaban fuera, casi todas, ya no estaban, y las 15 personas que aun corrian a las grietas, eran ahora meras manchas extendidas y carbonizadas, pues la masiva calceta los arrastró mientras los aplastaba con el peso de una montaña entera… ¿Qué vida es esta?, pensé mientras contenía mi desesperación e impotencia… Pero rápidamente me llamaron, debíamos arrastrarnos al fondo de aquellas grietas, pues el agua del sudor de los pies de Gaby se había condensado allí, formando enormes pozos de agua cristalina y lista para beber. Aun nos quedaba un día de camino, aunque a este punto había perdido mucho sentido tal empresa, el capitán estaba muerto, y del grupo que intentábamos rescatar, seguramente no quedaba nadie… Mire al sofá, y la montaña de ropa ya no estaba allí… Si aun nos dirigíamos hacia allá, era para no estar expuestos a los pasos de la chica, aunque aún manteníamos cierta esperanza de encontrar algo, o alguien… Era muy triste, alimento puro para la depresión, que de un grupo que una semana antes tenia 80 integrantes solo quedaran 5… 

 

NOTA 32

 

Llegamos allí por la noche, al punto de encuentro, y para sorpresa de nadie, no había nada, así que nos dispusimos a dormir, mientras a la distancia sonaba música atronadora, la música que le gustaba a ella… Y bailaba, enviando profundos estruendos a través de la oscura habitación, mientras la luz de su cuarto se filtraba por la rendija bajo su puerta… En medio de la oscuridad, mientras mirábamos el fuego que habíamos hecho con lo poco que nos quedaba, pues las antorchas habían sido destruidas junto al resto de provisiones… Vimos algo a la distancia, un fuego, centellante, lejano… Pero ellos decidieron que no nos acercaríamos, bastante cansados estábamos como para hacerlo… Mientras pensaba en mi objetivo original, tocarla, y en lo mucho que me había desviado del mismo, noté que el fuego estaba más cerca que antes, lo que disparó mi curiosidad, ellos también lo notaron, así que con un par, fuimos a su encuentro de forma cautelosa… Tan pronto las siluetas se transformaron en rostros y personas, mis acompañantes estallaron en felicidad, pues eran, unos de sus compañeros… Yo solo miré a la distancia con emoción, ya habría tiempo para interrogatorios, y para saber, como es que lo habían conseguido.

 

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