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Author's Chapter Notes:

El gran final de esta obra que tanto tiempo me costó acabar (y eso que los cuatro últimos capítulos los he escrito el mismo día) ¿Qué pasará con Marcos? ¿Volverá a su tamaño normal? ¿Cómo actuarán de ahora en adelante Sofía y Esmeralda? Todas estas preguntas y más serán contestadas en este capítulo. Qué lo disfruten.

-¿Qué ha pasado? - se preguntó Marcos mientras ojeaba hacia todos los lados.

Inmensos montículos de carne, tan altos como una catedral, se encontraban frente a él en es momento. Él sabía lo que era, pero no era capaz de llamarlo por su nombre, no podía creer que aquello fueran los dedos de los pies de sus compañeras de clase.

-¡¿Por qué no ha funcionado el dispositivo?! - se exaltó muy preocupada Sofía, traspirando una y otra vez mientras movía el pie preocupadamente.

-Tranquila mujer - le dijo Esmeralda colocándose frente a ella - Todos cometemos errores, y esto era algo muy complicado, nadie sería capaz de crear algo como eso.

-¿Nadie? ¡No! ¡Hay unas personas que sí podrían! ¡Puedo pedirles ayuda a mis padres! - cayó en razón Sofía - ¡Ayúdame a encontrarlo! - le pidió a su novia.

Marcos se alejó lo más que pudo de los pies de Sofía al ver que estos no paraban de levantarse y caer contra el suelo, pero en ese momento, Esmeralda se movió de dónde estaba para colocarse frente a la pelirroja. El pie inmenso de esta casi se estampó encima del hombre, pero él lo esquivó en el último momento.

-¿¡Qué pasa!? ¿No se supone que me iban a volver a mi tamaño? - se preguntó exaltado Marcos.

El dúo de mujeres se arrodilló contra en el suelo para conseguir buscar de mejor manera al hombre encogido. Buscaron principalmente por el lugar en el que estaba antes, procurando ver bien antes de apoyar las manos en el suelo y aplastarlo sin querer.

-Ahora seremos totalmente como diosas para él, eso me pone muchísimo - comentó Esmeralda.

-Luego, si quieres, en mi casa nos echamos un polvo, pero ahora centrémonos en buscarlo - le indicó Sofia.

Marcos observó como las manos comenzaban a caer del cielo, y para él, más que algo malo, lo vio como una forma de salvación. Corriendo como si hubiera sido un atleta, este se acercó a la mano de Sofia, la cual no tenía las uñas pintadas, a diferencia de las de Esmeralda, que estaban pintadas de color verde. Una vez llegó, se agarró rápidamente a esta, antes de que comenzara a levantarse a gran altura sobre el suelo.

-No sé, tal vez es tan pequeño que no es visible para la vista humana - le comentó Esmeralda.

-Podría ser - respondió rascándose la cabeza - pero puede que solo sea que aún no me he fijado bien - concluyó antes de volver a bajar la mano.

Marcos, fue llevado hasta la cabeza de Sofía, impactando contra la cima de esta. Aquello era una completa jungla sin descubrir, llena de piel muerta y caspa, entre los altos troncos de los árboles que surgían del suelo.

-No es la mejor situación, pero es una de las mejores - pensó Marcos mientras caminaba por aquel bosque - si llego a una de sus orejas, podré comunicarme con ella.

Sofía se levantó de repente, haciendo que el suelo de Marcos se agitara. Ella miró todo el suelo de la habitación desde arriba, como si fuera un águila en busca de su presa, pero no encontró nada.

-Tal vez tengas razón, y haya desaparecido sobre el suelo de tu cuarto - comentó Sofía.

-No te preocupes, ese pajero agradecerá vivir bajo los pies de una diosa como yo - le comentó Esmeralda.

-Pero no sé ¿Y si lo encuentra otra persona que no seamos nosotros?

-Nadie entra en esta habitación si no estoy presente, te lo aseguro - le aseguró Esmeralda.

-Vale, volvamos a mi casa. Allí podremos beber un poco para olvidarnos de esta situación - le indicó la pelirroja.

-¡Y luego sexo! - exclamó emocionada la rubia.

-¡Eso mismo! ¿A quién debería preocuparle ese pajero insignificante? 

Las dos mujeres comenzaron a caminar fuera de la habitación de camino a la casa de Sofía. Por otro lado, Marcos seguía caminando terremoto tras terremoto, intentando llegar a una de las orejas de la pelirroja. La pareja salió de la casa y comenzó a caminar por la calle, luego de varias charlas sobre chicos y estudios, se olvidaron completamente de Marcos y fin...nah es mentira.

La mano de Sofía se estrelló reiteradamente cerca de donde se encontraba Marcos, y este conseguía esquivar los dedos por pura suerte. Luego de caminar durante cerca de veinte minutos, las chicas llegaron a la casa la pelirroja. Entraron, se quitaron los zapatos, y fueron directas a la cocina.

-¿Qué tienes para beber? - le preguntó Esmeralda mientras sacaba dos vasos de cristal.

-Vino - le respondió la cerebrito sacando una botella de vino tinto.

-Olalá, la señorita tiene vino en casa - se rio la rubia mientras colocaba los vasos en la mesa.

Marcos llegó por fin al extremo de la cabeza, observando como la oreja se encontraba justo debajo de él. De la misma forma que había antes escalado a Esmeralda, comenzó a bajar por el cabello hasta llegar a la oreja, la cual media tanto como edificio de seis plantas. Cómo pudo, entró dentro del agujero del oído, y entonces, comenzó a gritar.

-¡Sofía! ¡Estoy aquí Sofía! ¡En tu oreja! - gritó a pleno pulmón.

La pelirroja no le escuchó, pero como autoreflejo, introdujo el dedo meñique dentro de su oreja, empujando a Marcos mucho más adentro. Mientras más entraba, más ceroso estaba todo, y más fuerte olía. El dedo se alejó, y Marcos quedó enterrado dentro.

-¡Por la finalización del proyecto! - exclamó Esmeralda levantando la copa.

-¡Eso mismo! - respondió Sofía.

Las dos se bebieron todo el vino del vaso de un sorbo largo, dejándolo de golpe contra la mesa.

-Esto casi no emborracha, pero por lo menos te deja algo contento - comentó la rubia.

Marcos se adentró aún más dentro del oído de Sofía, hasta que llegó a un lugar en el que, de hecho, ya no podía entrar más, el tímpano. Tocando este con sus propias manos, Marcos volvió a pegar un grito con todas sus fuerzas.

-¡Sofía! ¡Sofía estoy aquí! - gritó Marcos.

-¡Esmeralda! Me ha parecido oír a Marcos - le comentó Sofía.

-¿A Marcos? Joder, no sé si estás tan paranoica que necesitas beber más, o te ha afectado tanto el alcohol que alucinas las cosas - respondió la rubia.

-No creo que haya bebido mucho, ha sido solo un trago. En fin ¿Vamos ya a mi habitación? - le preguntó cambiando de tono.

-Esperaba con ansias que dijeras eso - respondió Esmeralda con una sonrisa pícara.

La pareja entró en la habitación, y solo entrar, Esmeralda ya comenzó a quitarse prendas de ropa. En poco menos de un minuto, la rubia cachonda ya se encontraba totalmente desnuda.

-Qué rápido - se rio Sofía.

-Llevo esperando todo el día para esto bombón - contestó.

-Pues no seré menos.

Al ver que Sofía no podía escucharle, Marcos decidió de cambiar de estrategia e ir a por los ojos, pero cuando salió de la oreja, observó de frente todo el cuerpo desnudo de Esmeralda, haciendo que su polla se volviera a empalmar en menos de un segundo. El pajero no pudo aguantar las ganas y procedió a hacerse una paja ahí mismo, en la oreja de Sofía. Entonces, esta se sacó la camiseta por la cabeza, golpeando con su antebrazo la oreja y lanzando disparado a Marcos hacia arriba, cayendo este de golpe contra una extensa zona de tela, la cama de Sofía.

La pelirroja se encontraba frente su amante en completa ropa interior de color negro, observando la bella y esbelta figura de la rubia.

-Venga, tus tetas tampoco están nada mal. No sabes los dolores de espalda que provocan estos dos melones - le dijo Esmeralda mientras se volvía a estrujar las tetas.

-Sí, le doy más vueltas a las cosas de lo que toca - respondió Sofía mientras se quitaba el sujetador, mostrando sus pequeños pero redondos pechos.

Sofía se acabó de desnudar por completo, mostrando su prácticamente inexistente vello púbico pelirrojo, y su regordete coño con ansias de jugar. Sofía se comenzó a sentar sobre su cama, y al mismo tiempo, a acercar su culo hacia el pequeño Marcos que se encontraba sobre su sábana. Marcos estaba tan abobado, que cuando entró en sí fue demasiado tarde, siendo aplastado por le coño de Sofía.

-¿A qué esperas rubia? - preguntó Sofía dando golpes a la manta con su mano.

-A que me invitaras pelirroja - contestó Esmeralda antes de lanzarse sobre su novia.

La popular se tiró encima de la lista, golpeando pecho contra pecho y coño contra coño. Este empuje provocó que Sofía se tumbará de espaldas, teniendo a su novia sobre ella. Marcos fue impactado por el coño de Esmeralda, estrujándolo contra el de Sofía. Este se encontró en un mar de jugos mientras estas entrelazaban las piernas y se besaban apasionadamente con las dos bocas.

-¡Cómeme el coño! - gritó Esmeralda.

-¡Será un honor! ¡Pero tú haz lo mismo! - gritó de vuelta Sofía.

La pelirroja se dio la vuelta y apoyó su boca sobre los labios inferiores de la rubia, a su vez, Esmeralda hizo lo mismo con su coño. Mientras hacían el 69, Marcos se encontraba sobre el coño de Esmeralda, y fue recibido de nuevo por la boca de Sofía. Las dos gimieron, chorrearon y gritaron tanto como pudieron.

-Tomemos un descanso - pidió transpirando Sofía, la cual seguía teniendo a Marcos en la boca.

-¡Cómeme una teta mejor! ¡A ver si encuentras leche! - exclamó Esmeralda colocándole el pecho en la boca.

Sin pensarlo, Sofía comenzó a chupar el pezón de la más hermosa de la clase, arrastrando a Marcos con su lengua. Luego de un rato, las dos se separaron, quedándose las dos tumbadas boca arriba sobre la cama de matrimonio. El chico se encontraba sobre el inmenso pezón de la rubia, sobre el que podía entrar incluso en los poros por los que salía la leche.

-Ahora sí que necesito un descanso - comentó Esmeralda.

-¿Ahora eres tú la que se raja? - le preguntó colocándose sobre ella, fijándose en sus enormes pechos, y en algo que vio moverse sobre su pezón - Esmeralda, mira tu pezón.

-¡Sí está erecto! ¡Has hecho un buen trabajo! 

-No, no, que mires detalladamente - le insistió Sofía.

-¿Qué le pasa a mi pezón? - se preguntó ojeándolo, dándose cuenta de a lo que se refería Sofía - No me jodas, pero si es él - dijo antes de comenzar a reírse - Parece que hay una hormiga muy sediente de la leche de mi pezón.

Sofía agarró a Marcos apretando el pezón de Esmeralda, haciendo que este se pusiese duro de nuevo, y lo colocó sobre la mesa del escritorio.

-Entonces...estuvo aquí todo el momento - tartamudeó una Sofía con el cojín entre las piernas para taparse un poco.

-¿Por qué te tapas? Jajaja. Ese pajero ya nos ha visto totalmente desnudas de primera mano 

-Pero aún así,  no sé - comentó Sofía.

-Es tan pequeño como una diminuta hormiga, debe de medir un solo milímetro - comentó Esmeralda mientras se acercaba a la cómoda para verlo mejor - Piensa en él como un insecto inofensivo que te ha visto follar. Tú eres una diosa y él una hormiga, no sois de la misma especie. Aunque estoy segura que esta hormiga se ha pajeado viendo a dos diosas inmensamente más grandes que él follar - comentó mientras lo agarraba con la mano - vamos a jugar a un último juego - anunció mientras abría le cajón de la cómoda y sacaba un consolador.

-La cara que pone no me gusta nada - pensó Marcos mientras veía la cara inmensa de total lujuria de Esmeralda.

-Ponte esto en el coño superficialmente - le ordenó Esmeralda a Sofía lanzándole el consolador.

-Es muy pequeño, no sé que puedes tener en mente - comentó Sofía mientras le hacía caso a su novia con algo de vergüenza..

-Tú confía en mí - dijo Esmeralda mientras se volvía a acostar en la cama.

Esmeralda cerró la mano para que Marcos no se le cayera o escapara, y se acercó a Sofía, introduciéndose el el consolador por el otro extremo, dejando un trozo en el exterior entre los dos. Seguidamente, la rubia abrió la mano, y colocó al diminuto humano en el medio del consolador, entre las dos mujeres.

-No te preocupes, este insecto seguro que ya ha tocado con todo su cuerpo tu coño a la mínima que ha podido - comentó Esmeralda ante la duda de su novia.

-No era eso lo que me preocupa. Me preocupa más el que haremos cuando lo hagamos crecer. Este pajero ya nos ha visto desnudas a las dos

-Ya nos preocuparemos luego, venga, aquí vienen las reglas - anunció la rubia,

Marcos se encontraba en una situación irreal, entre dos coños que sujetaban el consolador sobre el que él estaba. A su izquierda estaba el enorme y hambriento coño de la rubia, el cual se encontraba bajo una buena mata de pelo púbico rubio. A su derecha estaba el más pequeño y regordete coño de la pelirroja, bajo un bello púbico más recortado y arreglado.

-Bien, las reglas son fáciles. Quien antes se coma con su coño al pajero gana. Y el premio es...¡El consolador entero! - anunció Esmeralda.

-Un momento, pero si el consolador ya es mío - se quejó Sofía.

-¿Quieres jugar o no? - preguntó Esmeralda algo disgustada.

-Bien, bien, quien gane se lo lleva - afirmó la pelirroja.

-¡Que comience el juego! - anunció con un grito Esmeralda.

Las dos mujeres, a base de culadas, se movieron hacia delante con el fin de meterse más cantidad de consolador por el coño. Esmeralda estaba tomando la delantera, gracias a que su vulva era más grande, pero la técnica y persistencia de culadas de Sofía era mucho mejor. Cada culada que daba alguna de las dos, hacía saltar a Marcos por el cielo, aterrizando en diferentes partes del consolador, más cerca de una o de otra. Cuando la rubia estaba a punto de pillar a Marcos, la pelirroja pegó una enorme culada que movió el consolador bruscamente. Los coños de las mujeres se juntaron, y el hombre volvió a desaparecer.

-¿Ya no está? ¿Te lo has comido tú? - preguntó Sofía.

-Yo no he notado nada - respondió Esmeralda comenzando a rascarse el vello púbico - pero es tan pequeño que a saber.

Marcos había parado en otro bosque de grandes árboles, aunque esta vez eran rubios, y el suelo, en vez de ser tan seco como antes, estaba muy húmedo, lleno prácticamente en su totalidad de charcos gelatinosos. El chico comenzó a caminar, evitando los numerosos charcos.

-¿Vuelvo a estar en el cabello de alguien? Aunque este parece algo diferente al otro - pensó Marcos.

Una inmensa mano con uñas verdes bajó del cielo sobre él, clavándose esta sobre la piel húmeda. Marcos quedó de frente ante las uñas verdes, y estas comenzaron a moverse sin pausa hacia bajo, arrastrando a Marcos por todo el vello púbico de Esmeralda. Cuando salió, se dio cuenta de donde había caído, al ver montículo al que se estaba acercando, al clítoris de la rubia cachonda.

-¡Mierda, era el vello púbico! - gritó Marcos mientras era arrastrado hacia el montículo.

Marcos fue presionado contra el botón que era prácticamente cinco veces más de grande que él, acariciando aquella parte de la virilidad de la mujer por todos lados. Esta comenzó a morderse el labio inferior mientras rozaba una y otra vez aquel órgano.

-¡Joder! ¡Mierda! ¡Necesito el consolador entero ya! - gritó Esmeralda.

-Pero aún no sabes si has ganado, amor - le replicó Sofía.

-Nah, parece que una pequeña hormiguita se había perdido en el bosque inferior de una inmensa diosa - comentó enseñándole el dedo en el que tenía a su presa.

- ¿Eso cuenta como que has ganado tú? - preguntó Sofía.

- Eso parece, jejeje ¡El consolador es todo mío! - exclamó mientras le sacaba el consolador del coño a su novia - No puedo aguantarme más ¿Cómo podría aprovechar mi premio? ¡Ah! ¡Ya sé! - exclamó Esmeralda mientras colocaba a Marcos sobre la punta del consolador.

- ¿No será algo peligroso esto? - preguntó Sofía.

- ¿Sigues preocupada por esta insignificante hormiga? No pasará nada - entonces se mordió el labio - pero quiero que entre perfectamente en la ranura del consolador... - tartamudeó mientras se aguantaba las ganas y agarraba el rayo reductor.

-¡No por dios! - gritó Marcos mientras veía como era apuntado por el rayo.

Sofía no comentó nada, y Esmeralda no dudó dos veces, con el canuto del arma sobre la punta de la polla de plástico, disparó. El objetivo de Esmeralda era reducirlo para que pudiera entrar dentro del agujero, pero sin darse cuenta, se pasó de la ralla.

-¡Mierda! me he pasado. Casi no puedo verlo ni acercándomelo a la cara - comentó Esmeralda mientras acercaba su ojos a la punta de la polla.

Marcos quedó totalmente atónito. En ese mismo momento, medía menos que una pulga, y el ojo esmeralda de Esmeralda era tan grande como la luna.

- ¡Esmeralda, no puedo hacerlo más grande! - se quejó Sofía.

- Sí...puede que me haya pasado....no debe de medir ni un décimo de milímetro ¿Tienes algún otro invento que podamos exponer en la feria de ciencias? - preguntó Esmeralda sin dejar de morderse el labio.

- Tengo una tostadora que se recarga con el sol, pero no entiendo tu punto - le contestó Sofía.

- Marcos nunca se presentó a ayudarnos, y como no nos ayudó, tuvimos que crear algo menos increíble, una tostadora - comenzó a relatar Esmeralda.

-No dirás que...

- Y por casualidad, un diminuto piojo que vivía en mis bellos púbicos se coló en mi consolador - prosiguió relatando.

- ¿Qué vas a hacer? - preguntó algo preocupada, pero interesada, Sofia.

- No voy a desperdiciar el regalo que me has hecho, totalmente lubricado, aún cuando un insignificante piojo se ha caído sobre él. Obviamente - contestó con una sonrisa temblorosa mientras se mordía el labio con más fuerza y se sentaba medio tumbada contra el cabezal de la cama - Bon voyage.

- ¡Qué dice esa loca! ¡Tengo que huir de aquí! - gritó Marcos mientras se dirigía al borde del consolador, preparado para saltar fuera.

Marcos saltó sin mirar abajo, al completo vacío, cualquier cosa sería mejor que estar ahí encima, o eso creía.

-¡Ha saltado! - le indicó Sofía.

-¡Ha querido adelantarse! - exclamó totalmente excitada Esmeralda mientras abría los labios de su coño de par en par.

Marcos decidió mirar abajo, y se asustó por completo al ver lo que vio. El coño hambriento del tamaño de un rascacielos estaba esperándole debajo de él. Aquella inmensa y húmeda cueva estaba salivando por él.

-¡No! - gritó Marcos con todas sus fuerzas mientras caía de lleno contra el túnel.

Marcos golpeó la uretra de Esmeralda, rebotando y cayendo contra el túnel más grande.

-¡Arrivederci pequeño piojo! - gritó Esmeralda mientras se introducía de golpe el consolador en el coño, golpeando al chico y hundiéndolo profundamente.

Marcos atravesó a gran velocidad una gran cantidad de distancia empujado por el consolador inmensamente más grande que él. El pene de plástico paró de golpe, y comenzó a salir hacia atrás, pero Marcos se quedó allí, en aquella cavidad que, aún siendo mucho más grande que él, le sofocaba. 

-¿¡Cuánto me ha metido de profundo!? - se preguntó Marcos mientras caminaba por el suelo húmedo y palpitante.

- ¡Aquí llega el espectáculo final! - gritó Esmeralda mientras levantaba el consolador.

Esmeralda se metió el consolador de nuevo en el coño, golpeando de nuevo de frente a Marcos. Esta lo volvió a sacar y lo volvió a meter, cada vez más y más rápido, golpeando más y más a Marcos, y cuando estaba a  punto de tener un orgasmo, con todas sus fuerzas clavó el consolador lo más profundo que pudo. Marcos impactó directamente con el cuello uterino de Esmeralda y esta obtuvo un orgasmo colosal. Aún con lo diminuto que era Marcos, las contracciones las notó por completo, sintiendo que el suelo se volvió totalmente duro de repente y que era lanzado hacia arriba. Este movimiento se juntó con un último empujón del consolador, que le impactó de nuevo contra el cuello uterino, haciéndole atravesar el agujero de entrada.

Esmeralda se corrió sobre la cama de Sofía, y con esta corrida también expulsó disparado el consolador fuera de ella. 

-En el semen, no hay rastro de Marcos - le informó Sofía.

-Ni en el consolador tampoco cariño - le contestó toda desahogada y tranquila la rubia.

-Entonces, él...

-La pulga pajera ahora vive en el lugar más deseado por él...en el fondo del coño...tal vez incluso en el útero...de la mujer más cachonda de su clase, o mejor dicho ¡De su diosa! - afirmó Esmeralda.

Marcos intentó salir por donde entró, pero la puerta se había sellado por completo. En una inmensa penumbra, y con un calor erótico en todos lados, el hombre comenzó a caminar sin rumbo por aquel lugar. 

-No me digas que esto es... - pensó Marcos - su útero - concluyó tragando con fuerza.

-Entonces, ya no tendré que decirle nada a mis padres - comentó aliviada Sofía.

-Si en mi habitación no lo encontraría nadie, ya te aseguro que de ahí no podrá salir ni él - afirmó entre risas Esmeralda mientras Sofía acercaba su oído a su útero.

-Hasta la vista diminuta pulga, espero que disfrutes los temblores cuando me folle a lo que ahora es todo tu mundo - le intentó decir Sofía al hombre atrapado allí.

-En fin, cuando acabemos de limpiar todo esto, me explicas en que consiste lo del microondas - comentó Esmeralda olvidándose del hombre que había atrapado dentro de ella.

-Perfecto - aceptó Sofía.


Sofía y Esmeralda consiguieron la mejor nota con el microondas solar, y el día de la feria de ciencias, también ganaron el mayor premio monetario. El mismo día de la feria, se celebró el entierro de Marcos, dado por desaparecido sin dejar absolutamente ningún rastro, aunque a este entierro no acudieron más de cinco personas. Por último, aún con los intentos sucesivos de Marcos de salir de allí aprovechando cada vez que Esmeralda y Sofía tenían sexo, que era cuando el cuello uterino estaba abierto, no consiguió absolutamente nada. Un día, a punto de morir de hambre, decidió encaminarse por un viaje a través de uno de los otros agujeros que había en aquel lugar, y nunca volvió a salir. Se dice que intentó matar a un óvulo para comérselo, pero no se sabe con exactitud en que parte del aparato reproductor de Esmeralda reside su cuerpo fallecido.



Chapter End Notes:

Y aquí concluye esta historia. Ser bienvenidos a crear nuevos relatos basados en este, ya sean What Ifs, o historias totalmente nuevas inspiradas en esta. Eso sí, agradecería una mención.

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